Droga por la que ya mueren más personas al año que en accidentes de tránsito (fentanilo en Estados Unidos) complica la relación bilateral entre Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador como se vio en la crisis democrática de los últimos días, pero también impacta en la interna del partido republicano. Todo sucederá en cara del 2024, cuando López Obrador se despidiera de Palacio nacional.
México genero un contrapunto entre dos protagonistas de la bancada republicana en el Senado de Washington. Graham quiere que los militares estadounidenses operen en México contra los carteles de la droga mientras que Cruz que el que opere frontalmente sea el Estado Mexicano.
Esta dualidad dice mucho de cómo entienden el problema los dos principales candidatos del Partido Republicano hacia 2024.


DeSantis se inclina por una alternativa más violenta contra la soberanía mexicana y Trump prefiere que México siga la estrategia de Estados Unidos a través de la coacción, como ya hizo con López Obrador y la amenaza recurrente de imponer aranceles a los bienes mexicanos.


DeSantis se lleva bien con el ex procurador William Barr quien la semana pasada escribió The Wall Street Journal que López Obrador colabora con el narcotráfico. La autoridad mexicana aun queriendo no está en condiciones técnicas ni de transparencia de afrontar a grupos militares como son los carteles de la droga.
En los últimos dos días funcionarios de Biden dieron señales de estar en la misma lógica que el gobernador republicano. Liz Sherwood-Randall, asesora del presidente y cercana a la primera dama. Jill Biden tuvo una reunión en la Ciudad de México con el fiscal general, Alejandro Gertz Manero y en algún momento de la conversación se mencionó la posibilidad de los elementos de la fiscalía estuvieran expuestos a favor del crimen organizado.
Este jueves la Directora de inteligencia nacional de EU Avril Haines le dijo a un comité del senado de su país que México “no hace lo suficiente contra el fentanilo” manifestó dudas sobre cual sería la capacidad si la decisión política fuera más energética.


Liz Sherwood-Randall, asesora del presidente Biden en temas de seguridad, tuvo una reunión en Ciudad de México con el fiscal General, Alejandro Gertz Manero y en un momento de la conversación se mencionó la posibilidad de que elementos de la Fiscalía estuvieran expuestos a favores del crimen organizado.

Estas nociones de una supuesta incapacidad material y profesional para combatir el crimen son inquietantes para el gobierno mexicano porque son las que sustentan la retórica más extrema en el país vecino que concluye en que es urgente declarar al cartel de Sinaloa como una organización terrorista transnacional.

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