A pocas semanas del fin del sexenio presidencial en México, se han desatado controversias y preocupaciones sobre presuntos vínculos entre el gobierno y grupos criminales. Según declaraciones del analista político Alberto Hernández, dos realidades contradictorias caracterizan este momento:

Por un lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene una posición de fuerza inusual para un mandatario saliente, con capacidad para impulsar reformas constitucionales en sus últimas semanas de gobierno.

Sin embargo, esta fortaleza política contrasta con acusaciones sobre supuestos nexos del gobierno con el crimen organizado. Hernández señala que existen “evidencias de Estados Unidos” que apuntarían en esta dirección, aunque no proporcionó detalles específicos.

El analista sugiere que el presidente está construyendo una narrativa de confrontación con Estados Unidos, posiblemente como estrategia defensiva ante potenciales acusaciones futuras. Esto incluiría invitaciones a líderes controvertidos como Nicolás Maduro a la toma de posesión de la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum.

La situación se ha complicado con la aparición de una carta atribuida a un líder criminal conocido como “El Mayo”, que según Hernández, podría ser “apenas el inicio” de revelaciones comprometedoras.

En otro orden, el analista destacó cambios en los procesos internos del Partido Acción Nacional (PAN), que ha abierto sus votaciones a la participación ciudadana en algunos estados, en un intento por reconectar con el electorado.