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Giro en la Estrategia de Seguridad Nacional: Omar García Harfuch Emerge como Nueva Figura Central

En un significativo cambio de rumbo en la política de seguridad mexicana, la reciente modificación a la ley de seguridad otorga poderes sin precedentes a la Secretaría de Seguridad, encabezada por Omar García Harfuch, marcando una ruptura decisiva con la estrategia de “abrazos no balazos” del gobierno anterior.

La transformación se materializa en varios frentes clave, la Secretaría de Seguridad recibe facultades extraordinarias, incluyendo la competencia para investigar delitos y coordinar la estrategia nacional de seguridad, funciones anteriormente asignadas al Ejército y la Guardia Nacional. Notablemente, la reforma fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados, señalando un consenso político sin precedentes en torno a la necesidad de un nuevo enfoque en materia de seguridad.

La nueva estrategia se manifestó inmediatamente con el operativo “Jambri” en el Estado de México, resultando en la detención de diversos funcionarios municipales, incluyendo una alcaldesa, por cargos que van desde secuestro exprés hasta narcotráfico. El operativo, descrito como “multipartidista”, demuestra un enfoque sin distinciones políticas en la lucha contra el crimen organizado.

La nueva administración de seguridad marca un contraste significativo con políticas anteriores, evidenciado por incidentes recientes como el enfrentamiento en Sinaloa que resultó en 19 bajas de presuntos delincuentes. García Harfuch, quien previamente sufrió un atentado atribuido al Cártel Jalisco Nueva Generación, emerge como una figura central en esta nueva estrategia de mano dura.

El empoderamiento de García Harfuch, quien proviene de una dinastía de funcionarios de seguridad – su padre fue director de la Dirección Federal de Seguridad y su abuelo Secretario de Defensa Nacional – sugiere una reconfiguración significativa en la distribución del poder. Este cambio se refleja también en una reducción del 43% en el presupuesto de la SEDENA, señalando un claro cambio en las prioridades de seguridad nacional.

Paralelamente, el gobierno enfrenta presiones internacionales, particularmente en el marco del T-MEC, donde Canadá ha expresado preocupaciones sobre el tratamiento preferencial de México hacia China en términos comerciales, añadiendo una dimensión internacional a los retos que enfrenta la actual administración.

La emergencia de García Harfuch como figura central en la seguridad nacional, respaldada por nuevos poderes legislativos y resultados operativos inmediatos, sugiere un giro fundamental en la estrategia de seguridad mexicana. Sin embargo, la efectividad de este nuevo enfoque y su capacidad para abordar la inseguridad de manera integral aún está por verse.