Ciudad de México. El glamour de las coronas y las luces de Miss Universo se apagaron de golpe en México. El empresario Raúl Rocha Cantú, copropietario de la franquicia del certamen en el país, enfrenta una orden de aprehensión federal por su presunta participación en delitos de tráfico de armas de fuego e hidrocarburos. El juez de control Octavio Alarcón Terrón, del Centro de Justicia Penal Federal en Querétaro, determinó que existen elementos suficientes para presumir que Rocha forma parte de una organización criminal con operaciones millonarias.

De las pasarelas al huachicol
La Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), echó abajo el criterio de oportunidad que en su momento le otorgó la gestión de Alejandro Gertz Manero. El expediente revela que Rocha habría inyectado capital para importar combustible ilícito desde Guatemala y Estados Unidos, distribuyéndolo en gasolineras propias. Como si fuera un guion de narcoserie, aparecen personajes con alias de telenovela: “El Yaicob”, “El Inge”, y hasta contratos de empresas fantasma como FERROPOLYMERS y bodegas con nombres tan pintorescos como La Espuela.

El empresario que nunca está en casa
La orden de captura, emitida el 15 de diciembre dentro de la causa penal 495/2025, señala que Rocha no tiene arraigo domiciliario en México. Los informes policiales advierten que viaja constantemente al extranjero, lo que aumenta el riesgo de fuga. En pocas palabras: un empresario global, pero con domicilio fantasma.

Miss Universo: del glamour al escándalo
El caso no solo golpea al mundo empresarial, también al espectáculo. Tras el escándalo, Miss Universo anunció el cierre de sus oficinas en México, justo después del triunfo de la mexicana Fátima Bosch en la última edición. La ironía es brutal: mientras México celebraba una corona internacional, el dueño de la franquicia local acumulaba expedientes judiciales por huachicol y armas.

La pasarela judicial
De acuerdo con la FGR, si Rocha es encontrado culpable podría enfrentar entre 28 y 56 años de prisión. Un desfile bastante más largo que cualquier pasarela de Miss Universo. La diferencia es que aquí no hay aplausos ni coronas, solo barrotes y expedientes.

El caso de Raúl Rocha es la perfecta metáfora mexicana:
• Empresarios que se pasean entre glamour y gasolina robada.
• Oficinas de Miss Universo cerrando mientras las bodegas de huachicol florecen.
• Un juez que dicta orden de aprehensión, y un imputado que parece tener más domicilios que reinas de belleza en su catálogo.

La moraleja: en México, el “sueño universal” puede terminar siendo un reality show judicial.