El managment de Pemex no da crédito al discurso enarbolado por el Gobierno de Nuevo León sobre la contaminación en la zona metropolitana de Monterrey a causa de la refinería de Cadereyra.
Samuel García no quiere chocar con Ternium por su amistad con el ejecutivo de la acerera Máximo Vedoya quien actualmente preside la Caintra NL, central empresaria que avala al gobernador en su contienda local contra PRI y PAN. 

El tema contaminación en el Palacio Nacional, no tiene una lógica demasiado diferente a la crisis hídrica: ambos serían consecuencia de un capitalismo descontrolado.


El discurso de que Pemex no es el gran contaminante es promovido además en la entidad a través de los medios controlados por Grupo Salinas. Tienen una penetración más bien pobre, expresan la sociedad que existe entre la petrolera y el cabildero de dicho conglomerado, Jorge Mendoza, por estos días cercano a Claudia Sheinbaum.


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