Por Doctor Sote
Decía un personaje de la televisión de antaño la cual por cierto no se ganó nunca ni mi admiración ni mi respeto, “como digo una cosa digo la otra”. Y así es nuestro presidente. En sus interminables conferencias matutinas no le importa contradecirse, evadir preguntas o temas, divagar, hacer larguísimas pausas y sobremanera es master en dejarnos absortos en lo que aborda.
Uno de ellos es que, no sabemos si amenaza o bendición, dice que está pensando en vetar la reforma de la ley que permite a los gobiernos estatales no establecer límites en gastos de publicidad. Entendemos, si es que entendemos, que los gobernadores, gobernadoras y jefa de gobierno no utilicen ilimitadamente recursos económicos que sirvan para promover sus logros administrativos en favor de un candidato.
Esto tiene varias lecturas a) por qué lo hace si su partido –cuando digo “su” partido es porque le pertenece y no porque él pertenezca al instituto político- Morena gobierna 21 entidades. Sería pensar que le beneficia a los morenistas. b) no quiere que los otros gobiernos estatales usen recursos en difundir lo que dicen que hacen. c) también desea que la presidencia de la república sea la única institución en hacerle llegar –diariamente- los logros, indiscutibles e históricos beneficios del gobierno federal. Una vez más monopolizarlo todo.
Pero sustancialmente lo que debería hacerse es legislar que los gobiernos municipales, estatales y federal no deban usar los recursos del erario para desviarlos a favor de sus candidatos. Y quien fuese descubierto sea destituido, encarcelado o exiliado. Pero si siempre se ha hecho, por qué dejar de hacerlo ahora.
