*Atentado en contra de la Virgen de Guadalupe en 1921

Colaboración por Enrique Cervantes

Hace 101 años se cometió un acto vil en contra de la Santísima Virgen María de Guadalupe ya que una mañana del 14 de noviembre de 1921 habiendo terminado la misa y siendo aproximadamente las 10:30 horas, en la Basílica del Tepeyac, Luciano Pérez Carpio, por encargo del mismo presidente Obregón, llegó hasta el altar a hacer una «ofrenda» de flores en la que tenía escondida una carga de dinamita que estalló destruyendo el altar y las baldosas que eran de mármol.

Luciano Pérez Carpio

Sin embargo, al ayate original de la imagen de la Virgen, (el mismo que Juan Diego Cuauhtlatoatzin, llevó el 12 de diciembre de 1531 al obispo Fray Juan de Zumárraga como una prueba de la aparición de la santísima Virgen) no le sucedió absolutamente nada, siendo está una prueba irrefutable de su carácter divino y sobrenatural.

Virgen de Guadalupe
Juan Diego

Si a eso le sumamos la exposición que tuvo durante todo ese tiempo desde la conquista hasta entonces, ya que, sin ninguna protección, estuvo a la vista de cualquier persona que incluso quisiera tocarla, nos damos cuenta que efectivamente un material tan frágil no puede en forma natural perdurar por tanto tiempo si no es por su carácter divino.

A 101 años de esa fecha recordamos éste agravio que en nada hizo decaer el culto Mariano de nuestro México.
México creemos en ti.
Un soldado en cada hijo te dio.

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