Alin Isaday Salas Isidro, hija de una madre buscadora, fue secuestrada en Poza Rica, Veracruz, el 16 de marzo, mientras su madre participaba en una jornada de búsqueda de personas desaparecidas. El hecho ocurrió frente a la Plaza Cívica 18 de Marzo, cuando sujetos armados con vestimenta táctica interceptaron a la joven de 27 años, obligándola a abordar otro vehículo. Pese a la activación del Código Rojo y los operativos, no se han logrado resultados.

Su madre, miembro del colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera, también busca a su hijo Osiel, desaparecido en 2020. Familias y activistas exigen la localización con vida de Alin mediante redes sociales y la difusión de su ficha de búsqueda.

El caso refleja la creciente vulnerabilidad de los colectivos de búsqueda en Veracruz, entidad con más de 7,000 desaparecidos registrados. Recientes agresiones contra buscadores, como el fallecimiento de Magdaleno Pérez tras abuso policial y la desaparición de Héctor Aparicio, evidencian los peligros que enfrentan estas personas. Organizaciones de derechos humanos demandan garantías para los familiares y avances en sus búsquedas.

La familia de Alin, marcada por la violencia e impunidad, espera respuestas de las autoridades para su pronta localización y que su caso no sume otra tragedia al ya largo historial de desapariciones en la región. Este evento resalta los desafíos que enfrentan quienes buscan justicia en un entorno adverso.