La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, viajará este viernes 5 de diciembre a Washington D.C. para participar en el sorteo final de la Copa Mundial de la FIFA 2026. El evento reunirá a los mandatarios de América del Norte, en un gesto simbólico de unidad regional previo al torneo que se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá.

El Mundial 2026 será el primero con 48 selecciones, y tendrá como sedes principales a los tres países de América del Norte. México albergará partidos en el Estadio Azteca, el Estadio BBVA en Monterrey y el Estadio Akron en Guadalajara. El sorteo definirá los grupos de la fase inicial y marcará el camino de las selecciones hacia la final.

Sheinbaum confirmó su asistencia durante su conferencia matutina del 3 de diciembre, señalando que se trata de un viaje breve pero significativo: “Creo que sí voy a ir… mañana les platicamos cómo va a estar”, declaró.

• En el sorteo estarán presentes también el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, lo que convierte al evento en una reunión política además de deportiva.
• La presidenta mexicana destacó que el encuentro es una oportunidad para mostrar la imagen de cooperación y compromiso comercial de América del Norte, más allá del futbol.
• La FIFA confirmó que selecciones como Argentina y España no podrán enfrentarse en la fase de grupos, lo que abre la posibilidad de un choque histórico en la final.
• Aunque no está confirmado, existe la posibilidad de que Sheinbaum sostenga un breve encuentro con Trump en el marco del evento.

Reacciones

El anuncio generó expectativa tanto en círculos deportivos como políticos. Para la afición mexicana, la presencia de Sheinbaum en el sorteo refuerza el papel de México como anfitrión del torneo. En el plano diplomático, analistas consideran que el evento servirá como un primer acercamiento entre Sheinbaum y Trump, en un contexto de tensiones comerciales y migratorias.

La asistencia de Claudia Sheinbaum al sorteo del Mundial 2026 en Washington D.C. trasciende lo deportivo: será un escaparate internacional donde México reafirma su papel como sede y como socio estratégico en América del Norte. El futbol se convierte así en un puente político y cultural en tiempos de desafíos regionales.