Por Redacción

En una escena que combinó lo surrealista con lo simbólico, el comunicador Carlos Pozos —mejor conocido como Lord Molécula— propuso este martes a la presidenta Claudia Sheinbaum bautizar el nuevo satélite mexicano como “Sat-AMLO”. La sugerencia, lanzada en plena conferencia matutina, se justificó con un argumento peculiar: el expresidente Andrés Manuel López Obrador rechazó que calles, estatuas o monumentos llevaran su nombre, pero “nunca habló del espacio exterior”.

La presidenta, entre sonrisas, desestimó la propuesta con una frase que ya se ha vuelto parte de su narrativa institucional: “No hace falta, porque AMLO se quedó en el corazón del pueblo de México por siempre”. La respuesta, aunque breve, dejó claro que el legado del tabasqueño no necesita órbitas para consolidarse.

¿Un gesto simbólico o una estrategia de culto?La escena no pasó desapercibida. En redes sociales, la propuesta fue recibida con una mezcla de humor, incredulidad y crítica. Algunos usuarios la calificaron como un intento de “culto a la personalidad en clave espacial”, mientras otros lo vieron como una anécdota más del folclore político nacional.

El satélite sin nombre (por ahora)Hasta el momento, el nuevo satélite anunciado por el gobierno federal no tiene nombre oficial. Se espera que forme parte de una estrategia de conectividad nacional, aunque los detalles técnicos aún no han sido revelados. Lo que sí quedó claro es que, al menos por ahora, no se llamará Sat-AMLO.

Y Lord Molécula Fiel a su estilo, el comunicador volvió a acaparar reflectores con una propuesta que, aunque no prosperó, logró lo que muchas veces no logran los anuncios oficiales: generar conversación. En un país donde la política y el espectáculo a menudo se confunden, la anécdota del Sat-AMLO ya tiene su lugar en la bitácora de lo insólito.