Una ola de violencia azota la ciudad de Chilpancingo, en el estado de Guerrero, México, dejando como saldo cinco conductores de transporte público asesinados, dos de ellos calcinados, y cuatro vehículos incendiados. Las autoridades estatales atribuyen estos hechos al grupo delictivo conocido como Los Ardillos.

La situación es aún más preocupante debido a la reciente reunión entre la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, y Los Ardillos. Aunque la alcaldesa afirmó que el encuentro no fue para pactar nada, autoridades eclesiásticas indicaron que su intervención tenía como objetivo pacificar la región, dado que este grupo criminal controla los movimientos y rutas de transporte en la zona.

Los ataques comenzaron en la ciudad de Tixtla, donde dos taxis fueron incendiados simultáneamente, resultando en la muerte del conductor de uno de los vehículos. Posteriormente, se registraron ataques en Chilpancingo y en la carretera federal Acapulco-México, donde un taxista y sus pasajeros fueron víctimas de un ataque a balazos e incendio, dejando al conductor calcinado.

Otros incidentes ocurrieron en la misma carretera federal, cerca de Petaquillas, y contra una furgoneta de la ruta Chilpancingo-Chilapa, en los que conductores perdieron la vida. Como resultado de esta violencia, el servicio de transporte público fue suspendido y la movilidad en la ciudad se encuentra paralizada.

La situación en Chilpancingo es desoladora, con calles desiertas, negocios cerrados y un ambiente de temor entre los habitantes. La seguridad está a cargo de la Policía Estatal, la Guardia Nacional y las secretarías de Marina y Defensa Nacional, quienes han implementado recorridos y puntos de revisión en algunos lugares.

El caos en la ciudad se desencadenó tras la captura de un líder transportista y un conductor vinculados a Los Ardillos, a quienes se les decomisaron cargadores de armas de uso exclusivo del Ejército y droga. Además, se filtró un video en redes sociales donde se muestra a la alcaldesa reunida con el líder del grupo delictivo, lo cual está siendo investigado por las autoridades.

A pesar de la grave situación, la alcaldesa ha calificado estos eventos como «un golpeteo político» en un audio dirigido a sus colaboradores. Sin embargo, en un comunicado emitido la noche del sábado, expresó consternación por los hechos y la necesidad de replantear la estrategia de seguridad en la ciudad.

En medio de la escalada de violencia que se vive en el estado de Guerrero, México, un grupo de manifestantes tomaron medidas extremas en su enojo. Se ha reportado el robo de un camión de la policía blindado por parte de los manifestantes con el cual arremetieron contra las puertas de Palacio de Gobierno.

La indignación por la ola de violencia y los ataques sufridos por conductores de transporte público llevó a un grupo de manifestantes a actuar de manera radical. En un acto de desesperación y repudio, lograron apoderarse de un camión de la policía blindado en un intento de hacer oír sus voces y exigir acciones contundentes contra la inseguridad en la región.

Este hecho muestra el nivel de frustración y descontento que prevalece entre la población debido a la situación de violencia que enfrenta Guerrero.

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