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Te heredo mi país…

Redacción por : Armando Garay


Parece chiste, pero es anécdota. Hace una semana el presidente de la república AMLO cedió el “bastón de mando” a la coordinadora de los comités de defensa de la 4T, quien saliera victoriosa en el proceso simulado de encuesta de MORENA, Claudia Sheimbaum.

Es interesante ahondar un poco en la simbología con la que el presidente AMLO trata de heredar el fanatismo de su base de simpatizantes a la figura de Claudia.

En palabras del presidente Andres Manuel Lopez Obrador:
“Es entregar ese símbolo a quien debe de encabezar la transformación. Quien debe darle continuidad a lo que es para nosotros lo esencial, que es ayudar a los pobres y ayudar a los indígenas. Eso nos hace diferentes”.

Como si se tratase de un cheque que puede endosar a quien él guste, el bastón de mando significa para él, la tradición, los valores de la sociedad mexicana. Cosa que esta lejos de ser, ya que mas de dos terceras partes del electorado no se sienten identificados con el presidente y su cuarta transformación.
Milvet Alonso Gutiérrez, doctora en Estudios Hispánicos de la Universidad de Georgia, señala que un Bastón de Mando es un elemento que simboliza la máxima autoridad, tanto espiritual como política, de quien lo ostenta.
El bastón también implica que el dirigente se compromete a defender los usos y costumbres de las comunidades indígenas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), representa el compromiso de servir obedeciendo la voluntad del pueblo.

El 1 de diciembre de 2018, López Obrador tomó la presidencia de México con una ceremonia en la que 68 pueblos originarios le ofrecieron el Bastón de Mando. Adelfo Regino Montes, encargado de la ceremonia, dijo que el báculo representa el compromiso del nuevo presidente con este segmento de la población.

Otros presidentes de América Latina que recibieron uno similar son Evo Morales, de Bolivia; Rafael Correa, de Ecuador, y Juan Manuel Santos, de Colombia.
Un simbolismo que realmente busca seguir fanatizando a sus seguidores al punto adictivo. Debemos realizar un análisis a detalle porque las bases de clases medias que en 2018 apoyaron al presidente AMLO cada vez se sienten menos identificadas, ahora con la nueva portadora del bastón de mando, la coordinadora Claudia Sheimbaum, seguramente se alejaran más.
Debemos seguir de cerca la atomización de la elección, fenómeno al cual apuesta el presidente bajo el viejo adagio de divide y vencerás. Bajo esta premisa debemos ver si esa base fanática de la 4T es suficiente para obtener la victoria en el 2024. Al tiempo.

Armando Garay

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