Por Yoboli Menchaca

En cualquier gobierno demócrata representativo y popular el Secretario General de la defensa de México, Luis Crescencio Sandoval ya habría sido relevado de sus funciones por el presidente o el Primer Ministro.

Ya le habrían renunciado la negativa de Luis Crescencio Sandoval a presentarse para rendirle cuentas al poder legislativo que nos representa a todos los mexicanos. Enciende las alarmas más extremas en cualquier democracia una y otra vez, el jefe de los militares se rehúsa a la rendición de cuentas para someter a los mandos castrenses a la averiguación ante Diputados y Senadores aún bajo las condiciones que el mismo general ya les había impuesto, de que solo aceptaría que se hicieran en la SEDENA. Solo para recordarle al rejego secretario de la defensa vivimos en una República en la que existen tres poderes independientes presumiblemente autónomos, El Ejecutivo, El Legislativo y El Judicial.

Está claro que la posición de Luis Crescencio Sandoval depende del poder ejecutivo y que su jefe máximo es el arremedo del presidente Andrés Manuel López Obrador como también no hay duda que el general secretario es el ministro que más poder ostenta y continúa acumulando más poder en este gobierno de 4ta.

En Palacio Nacional también queda claro que dentro del poder judicial el General Secretario tiene sus prerrogativas y al que lo dude que le pregunte al Fiscal Alejandro Gertz Manero. Los criterios para suspender las 23 órdenes de aprehensión contra militares que conforman el cartel de los Olivos presumiblemente habrían estado involucrados en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa donde parte de los compromisos de campaña de AMLO era su esclarecimiento. Ahora es fecha que nadie explica cómo es que teniendo las averiguaciones contra los responsables ( Cartel de los Olivos ) gozan de esos privilegios que les otorgan absoluta impunidad, el único que puede frenar el que México sea un régimen militar de facto es el limitado equilibrio que a los hombres de verde Olivos se les puede imponer desde las cámaras de diputados y de senadores. Pero eso no lo cree el General Luis Crescencio Sandoval y a pesar de que la agenda lo exige desprecia la representatividad que millones de mexicanos les otorgaron con su voto a los legisladores que demandan explicaciones y que piden cuentas claras.

Gertz Manero

¿Cómo fue posible que toda la información contenida en los archivos de la inteligencia digital de la secretaría de la defensa (SEDENA) fueran hackeada ?

Sin que exista tan solo una explicación decente de tan descomunal, atroz e infame descuido, peor aún que nadie sea hasta ahora el que pague los platos rotos, de que esa información esté hoy disponible para cualquier mortal. Cómo es que a través de los guacamayas que extrajeron millones de documentos militares, estemos enterándonos de que el malévolo sistema Pegasus todavía es utilizado para espiar a presumibles adversarios de este gobierno de cuarta y aun lo había negado el presidente el Centro Nacional de Inteligencia, la Fiscalía y la SEDENA, que eso ya no sucedía al menos en este gobierno pues ahora sabemos que sí y nadie da la cara. Bajo mecanismos de presión o de influencia se logró que se suspendiera la ejecución de mas de una docena de órdenes de aprehensión contra militares señalados por la comisión investigadora del caso Ayotzinapa que preside el subsecretario Alejandro Encinas.

¿Quién será el auditor que pase a exigir las cuentas de todas las obras civiles entregadas al ejército sin licitación por asignación directa?

Siendo que la mayoría de estas fueron en la mayor opacidad y operando acuerdos privados con sus constructores desde la torre Mayor de la Ciudad de México, pero sobre todo cómo responder a la militarización de una Guardia nacional que en sus primeros cuatro años viene operando de la mano del ejército bajo su batuta y tutela, arrojando cifras de homicidios dolosos de hasta 130.000 que rompen los récords de cualquier otro sexenio, cuando antes de iniciar el gobierno de la llamada transformación de cuarta se entregó una lista de 17 posibles candidatos a ocupar la secretaría de la defensa (SEDENA).

El General Luis Crescencio Sandoval era el número 16, pocos lo daban por elegible pero el entonces el presidente electo le otorgó su confianza que a la postre acabó convertida en incondicionalidad y complicidad, por eso nadie puede llamar a cuentas al General Secretario. Porque si su jefe máximo (El presidente) no tiene el mínimo respeto por las instituciones, la constitución, ni por la división de poderes, solo nos queda imaginar lo que viene rumbo al 2024. Hay que voltear a ver a Brasil en donde el presidente Yahir Bolsonaro quien salió 5 puntos debajo de Lula da Silva está en peligro de perder su reelección, está invocando desde ayer al ejército para que denuncie que en la primera ronda existió fraude electoral con el sistema de votación y cómputo digital al estilo de Donald Trump. Ya dolo nos falta que en cualquier mañanera el de Palacio Nacional el arremedo de presidente después de destapar 43 corcholatas civiles, destape una nueva corcholata pero esta si de color verde Olivo.
Por esta razón es primordial preguntarnos ¿En verdad manda el Presidente?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *