Hoy Trump Jura como 47° Presidente de EE.UU. y Promete Cambios Radicales que podrían afectar a México
En medio de un clima gélido y una atmósfera política tensa, Donald Trump ha jurado como el 47° presidente de los Estados Unidos. La ceremonia, trasladada a la Rotonda del Capitolio debido a las bajas temperaturas, ha sido un reflejo de las divisiones y controversias que marcaron su primer mandato y que prometen continuar en esta nueva era.
Desde el inicio de su discurso inaugural, Trump no dudó en lanzar acusaciones y prometer cambios radicales. Una de sus declaraciones más contundentes fue dirigida a Panamá, a quien acusó de violar los acuerdos del tratado del Canal de Panamá. “Los barcos estadounidenses están pagando de más y no son tratados de manera justa de ninguna manera, y eso incluye a la Marina de los Estados Unidos”, afirmó Trump. Además, criticó la influencia de China en el Canal, prometiendo recuperar el control de esta vital ruta comercial. Esta declaración ha generado preocupación en la comunidad internacional, especialmente en México, que ve con recelo cualquier intento de Estados Unidos de aumentar su influencia en la región. La posibilidad de una intervención estadounidense en el Canal de Panamá podría desestabilizar aún más las relaciones en América Latina, donde México ha trabajado arduamente para mantener la paz y la cooperación.
En otro giro inesperado, Trump anunció su intención de cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de Estados Unidos. “Estados Unidos recuperará el lugar que le corresponde como la nación más grande, más poderosa y más respetada de la Tierra, inspirando el asombro y la admiración de todo el mundo”, declaró Trump. Esta propuesta ha sido recibida con escepticismo y críticas, tanto en México como en otros países de la región, que ven en ella un acto de arrogancia y desprecio hacia la soberanía de sus naciones. La idea de renombrar el Golfo de México es vista como una provocación directa a la identidad y la historia de México, y podría generar tensiones diplomáticas significativas.
El discurso inaugural de Trump estuvo lleno de promesas de cambios rápidos y significativos. “Todo esto cambiará a partir de hoy, y cambiará muy rápidamente”, afirmó, comprometiéndose a revertir lo que describió como una “traición horrible” y devolverle a la gente su fe, riqueza, democracia y libertad. Trump caracterizó este lunes 20 de enero de 2025 como el “día de la liberación”, expresando su esperanza de que su reciente elección sea recordada como la más grande y trascendental en la historia del país. Sin embargo, muchos analistas políticos y líderes internacionales ven estas promesas con escepticismo, recordando las controversias y divisiones que marcaron su primer mandato. Desde la perspectiva mexicana, las políticas de Trump han sido históricamente perjudiciales, especialmente en temas de migración y comercio, y cualquier intento de replicar esas políticas sería visto con gran preocupación.
La ceremonia de juramento, presidida por el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, contó con la presencia de figuras destacadas como Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Sundar Pichai y Elon Musk. También asistieron miembros del futuro gabinete de Trump y jueces de la Corte Suprema, incluyendo a Brett Kavanaugh, quien juramentó a J. D. Vance como vicepresidente. La presencia de estas figuras ha sido vista por algunos como un respaldo a las políticas controvertidas de Trump, mientras que otros lo ven como un intento de influir en la nueva administración. Desde México, la influencia de estos magnates tecnológicos en la política estadounidense es vista con cautela, ya que sus intereses comerciales podrían chocar con los intereses nacionales de México.
En un gesto de respeto y transición pacífica, el presidente saliente, Joe Biden, dejó una carta en la Oficina Oval para Trump, siguiendo una tradición que el propio Trump había ignorado en 2021. Biden también emitió indultos preventivos para sus hermanos y hermana, así como para el general Mark Milley, el doctor Anthony Fauci y los miembros del comité del 6 de enero, en un esfuerzo por protegerlos de posibles represalias. Esta acción ha sido criticada por algunos como un intento de Biden de proteger a sus aliados políticos, mientras que otros la ven como un acto necesario para salvaguardar la integridad de las instituciones democráticas. Desde la perspectiva mexicana, cualquier intento de politizar la justicia es visto con gran preocupación, ya que podría socavar la confianza en las instituciones democráticas y la cooperación internacional.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, expresó su disposición a cooperar con el nuevo gobierno de Trump, destacando la importancia de evitar una tercera guerra mundial y la necesidad de un diálogo constructivo. Putin subrayó que Rusia siempre ha estado dispuesta a mantener relaciones de cooperación fluidas con cualquier administración estadounidense. Sin embargo, esta declaración ha sido recibida con cautela, recordando las acusaciones de interferencia rusa en las elecciones estadounidenses y las tensiones geopolíticas entre ambas naciones. Desde México, cualquier alianza entre Estados Unidos y Rusia es vista con escepticismo, ya que podría alterar el equilibrio de poder en la región y afectar negativamente a los intereses mexicanos.
La jornada incluyó un servicio religioso matutino en la Iglesia Episcopal de San Juan, una reunión con los Biden en la Casa Blanca y una serie de eventos inaugurales, incluyendo un almuerzo y bailes. Los vuelos alrededor de Washington se retrasaron por razones de seguridad, y se espera que alrededor de 2,600 personas asistan a la ceremonia en el Capitolio.
Este día marca el inicio de una nueva era para Estados Unidos, con Trump prometiendo un enfoque renovado y decidido para abordar los desafíos del país. La nación observa con expectativa cómo se desarrollarán estos cambios prometidos en los próximos años, mientras que la comunidad internacional, especialmente México, vigila con preocupación las posibles implicaciones de las políticas de Trump en la región. Desde la perspectiva mexicana, las políticas de Trump han sido históricamente perjudiciales, y cualquier intento de replicar esas políticas sería visto con gran preocupación y resistencia.
