Por Doctor Sote

Dicen que la política echa todo a perder. Por ejemplo ¿qué es lo más sagrado que tenemos en nuestro mundo? Nuestra madre; pero agrégale “política” y en qué se convierte: en suegra (es un chiste no tan malo).
Este es el caso de Claudia Sheinbaum. De padres mexicanos sus abuelos son de origen judío. No soy ni tolero a los antisemitas, pero para nada, sería discriminación y estúpido de mi parte. Nació en el seno de una familia de científicos: su padre era químico y su madre bióloga. Estudió la licenciatura en Física en la Universidad Nacional Autónoma de México y obtuvo el grado de licenciatura con una tesis un tanto increíble “Estudio termodinámico de una estufa doméstica de leña para uso rural”. Un tema análogo sería las “consecuencias de la aceleración de partículas en una fogata de los boy scouts”. Bueno, reconozco que se me hace un tema… raro. Porque si no le pones leña sino carbón y no la usas en zonas rurales sino como calefactor en tu hogar o para hacer exquisitos guisos en el patio de tu casa el estudio de la entonces pasante su tema de tesis se cae.
¿Se saca la espina en sus estudios de maestría? Obtuvo su posgrado con “Economía del uso eficiente de la energía eléctrica en la iluminación”. La hubiera arruinado si tratara sobre “la economía doméstica del uso de focos de cuarenta wats en la sala de las casas clase medieras”. Pero no. Luego viene el doctorado con “Tendencias y perspectivas de la energía residencial en México”. Está obsesionada con las estufas, los anafres y los focos. Pero así es la súper especialización académica.
En 2007, se unió al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas y ese mismo año –dicen sus seguidores- obtuvo el ¡Premio Nobel de la Paz! ¡Caramba! Es tanta su modestia que no lo grita. Y lo logró en menos de doce meses. Hay que mencionar que sí formó parte de este equipo, pero junto a otros cientos o miles de personas y que el premio lo compartieron con Al Gore. Tienen más mérito sus otros galardones: Premio Anual de Investigación Económica Maestro Jesús Silva Herzog. Premio Joven Investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México en Innovación tecnológica y Premio Sor Juana Inés de la Cruz.
Bien, científica y todo se dedicó a la política del brazo, abrazo, protección y respaldo de López Obrador. Ahora en plena campaña fue a Veracruz y se hizo una limpia con los famosos brujos de por allá. Xóchitl Gálvez hablando de su especialidad: proyectos de alta tecnología aplicados en áreas inteligentes y la consentida de Morena sacando las malas vibras en Catemaco. Por eso dije al principio, la política echa todo a perder. A ver quién es más poderosa: la Inteligencia Artificial o la Brujería. En fin, seguramente será para seguir los pasos de su benefactor, porque al actual presidente también le hicieron varias limpias para expulsar sus impulsos conservadores, neoliberales e individualistas. Y ella habla, gesticula y hace ademanes igualitos que el presidente. Si a él le dieron buenos resultados, por qué no a mí, ha de pensar.

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