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Populismo, centralización y fracturas internas: el panorama de México en 2025, liderado por la 4T

El programa Ciudad 2.0, conducido por Víctor Hernández, inició el año con un análisis político que no escatimó en críticas hacia el panorama actual de México. Jesús Alberto Hernández de León, analista invitado, trazó un diagnóstico contundente del país, calificando al régimen como un “populismo autoritario” en plena consolidación, con riesgos latentes de una evolución hacia el totalitarismo.

Alberto Hernández recurrió a Ludwig Wittgenstein y su obra Tractatus Logico-Filosophicus para subrayar la importancia de nombrar los fenómenos políticos con claridad. Desde su perspectiva, el gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum es la continuación de un proyecto que ha desmantelado la autonomía de los poderes públicos, subordinándolos al Ejecutivo y a lo que describió como “una coalición autoritaria que domina al país”.

El analista hizo hincapié en la desarticulación de los organismos autónomos, específicamente el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los cuales, según afirmó, han perdido su capacidad de contrapeso frente al poder presidencial. Esta centralización de poder, aseguró, refleja una estrategia deliberada para eliminar las estructuras que limitaban el alcance del Ejecutivo.

Una de las críticas más severas fue dirigida a la reforma educativa impulsada bajo el proyecto de la Nueva Escuela Mexicana. Según Alberto Hernández, esta política representa una “ideologización incipiente” que busca formar una generación alineada con el proyecto político actual. Comparó esta estrategia con regímenes de corte Stalinista, advirtiendo que, de consolidarse, podría tener consecuencias profundas y de largo alcance en el tejido social y cultural del país.

Otro eje del análisis fue la creciente intervención estatal en la economía. Hernández citó el caso del INFONAVIT, con la presunta intención del gobierno de redirigir 2.4 billones de pesos, lo que calificó como un “atraco disfrazado de política social”. También criticó la estatización de empresas, como las líneas aéreas, argumentando que el gobierno ha demostrado ser incapaz de administrar de manera efectiva los sectores en los que interviene.

“El Estado estatiza sin capacidad de administración”, afirmó, señalando que estas decisiones no solo son ineficaces, sino que también alimentan una narrativa populista que, en los hechos, resulta insostenible.

Hernández también abordó las tensiones entre México y Estados Unidos, haciendo énfasis en la aparente contradicción entre la retórica nacionalista del gobierno y su actitud sumisa ante Washington. El supuesto documento en el que López Obrador advertiría de una insurrección armada en caso de una intervención estadounidense fue desestimado como “retórica vacía”.

En los hechos, argumentó Hernández, el gobierno ha cedido en temas como la migración, permitiendo que Estados Unidos dicte las políticas al respecto, a cambio de evitar críticas sobre el debilitamiento democrático en México. Esta dinámica, aseguró, revela la fragilidad de la postura soberanista que el gobierno intenta proyectar.

El análisis no se limitó al gobierno actual, también señaló las tensiones internas dentro de Morena, que, según, comienzan a evidenciarse con miras a la sucesión presidencial. Mencionó a Andy López, hijo del expresidente, como una figura que podría encarnar una continuación dinástica del proyecto político, mientras que otros liderazgos, como el de García Harfuch, representan una posible fragmentación interna.

Por otro lado, destacó que los recientes golpes contra el cártel de Sinaloa, específicamente contra los “Chapitos”, podrían ser indicios de una pugna política interna que busca redefinir alianzas estratégicas.

Hernández cerró su intervención con una advertencia contundente: el régimen actual, que él describe como autoritario, podría evolucionar hacia un totalitarismo similar al de Nicaragua, Venezuela o Cuba. Esto, sumado a la desarticulación de la oposición y la falta de cohesión entre los partidos políticos, deja un panorama desolador para la democracia en México.

“El gran riesgo es que este régimen autoritario devenga en uno totalitario. Y si la oposición no logra articularse, enfrentaremos un escenario profundamente preocupante”, concluyó.

El inicio de 2025 plantea preguntas fundamentales sobre el rumbo del país. Si bien las palabras de Alberto Hernández reflejan una visión crítica, también invitan a un debate necesario sobre las dinámicas de poder, los riesgos de la centralización y el papel de la ciudadanía en la defensa de la democracia. Más que una denuncia, este análisis es un llamado a reflexionar sobre el México que se está construyendo.