La postura de Sheinbaum se centra en considerar la crisis del fentanilo en EE. UU. como un asunto de salud pública y no meramente como un problema de narcotráfico. La candidata instó a investigar más a fondo las fuentes de la DEA antes de formular una opinión definitiva.
Este enfoque crítico hacia la DEA no es nuevo para Sheinbaum, quien anteriormente había desacreditado un reportaje de ProPublica que implicaba al Cártel de Sinaloa en la financiación de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006. A pesar de reconocer a la DEA como fuente del reportaje, Sheinbaum enfatizó la importancia de mantener una relación equitativa con Estados Unidos, distanciándose de las acusaciones vertidas en redes sociales que etiquetaban a López Obrador como “narcopresidente” y a ella misma como “narcocandidata”.