Por Yoboli Menchaca

Fue un desfile de Corcholatas y tribus salvajes, desordenada, sin estrategia, con pleitos entre ellas por salir en la primera foto del 2024 con líderes empresariales y financieros, los cuales no tenían opción de no salir en la foto pues a eso fueron, a tomarse la foto con un árbitro que permanentemente los ataca y que sólo usa el silbato para favorecer a uno de los equipos.

No trato de hacer una radiografía del gobierno del gobierno de cuarta, ni mucho menos de MORENA, la descripción de la marcha del desagravio, organizado por el arremedo de presidente y desorganizada por el gobierno en funciones, solo para avalar su propuesta de reforma y destrucción, al INE primero y para festejar los logros de cuatro años del arremedo de presidente AMLO.

Definitivamente esta marcha no fue como las de antes, esta marcha fue burda, con un acarreo más que evidente, sin escrúpulos, con la torta, el Frutsi y $300 pesos.

Con la promoción descarada de las tres corcholatas de MORENA en un circo de 3 pistas disparejas, que una vez más privilegió a Claudia. De verdad, el inquilino de Palacio Nacional, se cree el cuento de que esos miles de acarreados por cuota obligatoria, desde todas las latitudes del País, impuesta a cada uno de los 22 gobernadores de Morena, más sus delegados federales, ¿son espontáneos en brindarles su apoyo incondicional?


¿Cuánto costó cada uno de los acarreados tanto en traslados como en alimentación y en algunos casos con dádivas económicas de por medio? ¿Quién pagó a los que asistieron? Fue una marcha de estado, con todo el poder del gobierno en turno, con toda la cartera abierta de los impuestos que pagamos todos los contribuyentes, con la inescrupulosa presencia de secretarios de Estado, Gobernadores y Alcaldes, todos morenos.

Cuánta diferencia de la marcha espontánea, sin convocante oficial ni acarreos que se dio el pasado 13 de noviembre, una marcha más organizada, totalmente espontánea, sin vídeos ni dineros públicos que financiaran la movilización contra las propuestas de reformas al INE, el propósito del juego del domingo fue ver quien marchaba lo más cerca posible del dictador de Palacio Nacional y fueron claros cuatro engendros, Claudia, Augusto López, Mario Delgado y Jesús Ramírez.

La falta de respeto mas evidente entre las tribus de MORENA, se evidenció con la agresión al Canciller y poco favorecida corcholata, Marcelo “el Gordo” Ebrard, se confirmó que cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde.

Las tomas hechas con drones, evidenciaron el absoluto desorden y la falta de organización del mar de acarreados, los cuales se movían en la más completa y peligrosa anarquía, de ahí los desmayos fueron el pan de todo el día, incluyendo el desvanecimiento de Epigmenio Ibarra, (el cronista oficial del Gobierno de 4ª) que ocurrió dentro de las 5 horas que transcurrieron desde que el presidente López Obrador se unió a su propia marcha para alcanzar la meta de llegar al Zócalo Frente a Palacio Nacional.

El desmayo de Epigmenio Ibarra

La mancha oscura de la marcha la dieron los líderes empresariales Antonio del Valle (7mo. hombre más rico de México) y Francisco Cervantes (Presidente del CCE) el de los muchachones mayores del empresariado mexicano, fueron hasta la Explanada del Zócalo para rendir pleitesía al arremedo de presidente López Obrador.

Están de acuerdo los presidentes del Consejo de negocios y del Consejo coordinador empresarial en que se apruebe la ley electoral que hace del INE una mera caricatura?
Hay algún acta en la que la COPARMEX, la CONCANACO, CANACINTRA, la CMIC y la CONCAMIN les avalaran el hacerse presentes en una marcha que va contra los principios fundamentales que defienden?
Ni hablar de la aparición de Carlos Bremer director del grupo Value, promotor de billetes de lotería presidencial, quien se promueve comenzando por el avión que nunca se rifó.

Carlos Bremer

Esa es la desinteresada espontaneidad del financiero que maneja los mayores fondos de pensiones de gobiernos estatales y otras dependencias públicas, colocándoles papel de deuda de empresas en quiebra. Está claro que las reformas propuestas para modificar la estructura y los procedimientos del INE ya no le cuajaron al remedo de presidente, tampoco fue viable (por inconstitucionalidad).

Su famoso “Plan B”, por eso le cambiaron de última hora la causa a los cientos de miles de marchistas, para que no salieran a apoyar una causa perdida, para que mejor celebraran con un súper acarreo, cuatro años de un gobierno fallido, diferente, antidemocrático y dictatorial.

Al final del día, solo fue una mañanera más, con un desfile de acarreados marchando por más de 5 horas, para que, a las 4 de la tarde, el dizque presidente “rindiera” su décimo (10) informe de gobierno, para repetir los mismos cánticos de odio y división López obradoristas. Durante cuatro años, de a tres y cuatro informes por año.
Lo que la marcha del desagravio exhibió este domingo, fue un gobierno sin organización ni estrategia, un gobierno cuentacuentos que está adelantando su cierre con marchas estériles inútiles y costosas.

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