Si alguna vez te has preguntado por qué tu perro pasa tanto tiempo con la nariz pegada al suelo, la respuesta es simple: su olfato es su principal herramienta para explorar el mundo. Mientras los humanos dependemos de la vista, los perros usan su increíble capacidad olfativa para obtener información sobre su entorno. Poseen entre 200 y 300 millones de receptores olfativos, una cifra muy superior a los 5 millones que tenemos nosotros, lo que les permite detectar olores con una precisión asombrosa.

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Los perros olfatean por varias razones, y una de las principales es la comunicación. A través de los aromas, pueden saber si otro perro ha pasado por ahí, su estado de ánimo o incluso su salud. Además, este comportamiento responde a su instinto de caza y rastreo de comida, heredado de sus ancestros lobos. Más allá de la supervivencia, el olfateo también tiene beneficios emocionales, ya que ayuda a reducir el estrés y mantiene su mente activa, convirtiéndose en una excelente forma de estimulación mental.

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Permitir que tu perro olfatee libremente es clave para su bienestar. Aunque pueda parecer un comportamiento obsesivo, es completamente normal y saludable. Sin embargo, si notas que se vuelve excesivo, compulsivo o está acompañado de otros síntomas como ansiedad o jadeo constante, es recomendable consultar a un veterinario. Estimular su olfato con juegos, juguetes interactivos y paseos exploratorios no solo enriquecerá su experiencia diaria, sino que fortalecerá su vínculo contigo y le brindará una vida más plena.