Cuando tu perro duerme y mueve las patitas, gime o incluso ladra suavemente, no es casualidad: la ciencia confirma que los perros sí sueñan. Investigaciones recientes señalan que, al igual que los humanos, los canes atraviesan una fase REM, etapa en la que el cuerpo alcanza su máxima relajación y el cerebro recrea escenas que pueden ser tan vívidas como una carrera en el parque.

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Francisco Javier Carbajal Merchant, especialista de la FES Cuautitlán, detalla que durante esta fase REM los perros presentan movimientos involuntarios, cambios en la frecuencia cardíaca y respiratoria, e incluso pequeños sonidos. Estudios señalan que la cantidad de sueños varía según tamaño y raza: los de talla chica pueden soñar hasta seis veces por hora, mientras que los grandes lo hacen con menor frecuencia. Los cachorros, en pleno desarrollo, sueñan incluso más que los adultos.

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Investigaciones de la Universidad de Harvard sugieren que los perros suelen soñar con sus tutores o con actividades que disfrutan, como paseos y juegos, lo que explica los movimientos de cola durante el sueño. No obstante, también pueden experimentar pesadillas, especialmente aquellos que han vivido situaciones estresantes o provienen de entornos difíciles, como maltrato o vida en la calle. En estos casos, especialistas recomiendan no despertarlos de forma brusca; lo ideal es llamarlos suavemente desde cierta distancia.

La ciencia también ha descubierto que los sueños juegan un papel clave en el aprendizaje: los perros entrenados que duermen 20 minutos después de una sesión retienen mejor las órdenes. Sin embargo, ciertos movimientos durante el sueño pueden confundirse con patologías del sistema nervioso, especialmente si hay salivación o respiración acelerada. Ante cualquier duda, es indispensable acudir con un médico veterinario.

Los sueños de tu perro no solo revelan cómo procesa su día a día, sino también la estrecha conexión emocional que mantiene contigo. Conocerlos te permite entenderlo mejor y brindarle el bienestar que necesita.