Conoce la hermosa leyenda de la flor de los muertos: Cempasúchil
En la lengua náhuatl, Cempasúchil significa flor de veinte pétalos. Esta flor era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte.
Es una flor que crece y se cosecha en otoño, suele pasar entre 90 y 120 días después de que se planta para que crezca. Es entre los meses de octubre y noviembre cuando llega la temporada de la flor de cempasúchil, ahí es cuando la empezaremos a observar a lo largo de todo el país, justo a tiempo para colorear cada rincón y ofrenda en México, el día 2 de noviembre.
La tradición mexicana es ir marcando senderos con las flores de cempasúchil, desde la puerta principal hasta el altar, la finalidad es guiar a las almas de los muertos hacia las ofrendas, así como decorar tumbas, ya que por una leyenda mexicana se cuenta que esta flor contiene el color amarillo y el aroma a fuego del sol.
Es precisamente esa leyenda que señala una historia de amor entre una pareja de jóvenes aztecas de nombres Xóchitl y Huitzilin. Ambos se conocieron desde pequeños y ahí cuando el romance entre ellos comenzó a surgir.
Ya más grandes, los jóvenes enamorados subían todas las tardes a la cima de una montaña a regalarle flores a Tonatiuh, el dios del sol. Se cuenta que la deidad les sonreía a la pareja por la ofrenda, asimismo, Xóchitl y Huitzilin se juraron amor eterno, sobrepasando incluso las barreras de la vida.
La guerra llegó al pueblo y Huitzilin tuvo que ir a luchar. Poco tiempo después, se le confirmó a su amada Xóchitl el fallecimiento de su pareja, lo cual dejó a la joven con un profundo dolor.
Xóchitl fue a la cima de la montaña que recorría con Huitzilin por última vez, le rogo a Tonatiuh, que la uniera para siempre con su pareja. Conmovido, el dios del sol lanzó un rayo y al tocar a la joven desconsolada, la convirtió en una flor amarilla como el sol.
En esa flor, se reposó un colibrí en el centro. Esa pequeña ave era Huitzilin, y apenas él llegó, la flor se abrió y mostro su bello color amarillo radiante como el sol. El encanto de Tonatiuh mantuvo la unión de Xóchitl y Huitzilin para toda la vida, y mientras sigan existiendo los colibríes y las flores de cempasúchil en los campos, el amor de ellos perdurará por siempre.
