En el más reciente encuentro de la MLS, Lionel Messi, el icónico capitán de Inter Miami, acabó un partido lleno de tensiones con una tarjeta amarilla después de insultar al árbitro. El incidente ocurrió tras el empate 1-1 de su equipo contra Charlotte FC, marcando el tercer empate consecutivo para el club. La frustración de Messi se desató al final del encuentro, cuando confrontó al árbitro Ramy Touchan.

El altercado empezó luego de una jugada polémica en los últimos instantes del partido, donde Luis Suárez, compañero de Messi, disparó por encima del travesaño tras un contacto con el arquero rival, momento que Messi y el resto de su equipo consideraron merecedor de un penal no concedido. Messi, visiblemente enojado, abordó al árbitro y expresó su frustración de manera vehemente, llegando a repetir «Sos un mala leche» en múltiples ocasiones, añadiendo insultos más severos en el calor del momento.

A pesar de la intervención de Jordi Alba, quien trató de calmar a Messi, el capitán de Inter Miami continuó su diatriba hasta que finalmente se dirigió al vestuario. Este comportamiento le costó una amonestación, añadiendo más leña al fuego en un partido ya cargado de emociones.

Este incidente subraya la intensidad y la pasión con la que Messi se involucra en cada partido, reflejando tanto su compromiso con el juego como su inquebrantable deseo de justicia en el campo. A pesar del despliegue de emociones, este episodio probablemente se convierta en otro momento memorable en la carrera de uno de los futbolistas más emblemáticos del mundo.