La controvertida salida del técnico argentino Martín Anselmi del Cruz Azul finalmente ha encontrado un cierre. Luego de semanas de tensión legal, ambas partes llegaron a un acuerdo económico que evita la intervención del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y pone fin a una disputa que comenzó con la abrupta partida del entrenador hacia el Porto de Portugal.

Anselmi abandonó al conjunto cementero en pleno arranque del Clausura 2025, sin cubrir los cinco millones de dólares estipulados en su cláusula de rescisión. Esta salida inesperada generó un profundo malestar en la dirigencia celeste, que decidió emprender acciones legales ante la FIFA y el TAS para asegurar el pago correspondiente. Sin embargo, tras múltiples negociaciones y con la presión de un posible congelamiento por parte de los organismos internacionales, Anselmi y el Porto optaron por reconciliar posturas y resolver el conflicto.

Fuentes cercanas confirmaron que el acuerdo final implicó un pago total de 4.2 millones de dólares, de los cuales el Porto cubrirá 3.5 millones, en dos partes: el 85% de la suma inicial —equivalente a 3.1 millones de dólares— se pagará de inmediato, y el resto en diciembre. El comunicado del club portugués, enviado a la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM), fue breve pero concluyente, destacando que se pone así “punto final a la disputa”.

El entrenador, de 39 años, defendió su decisión desde su llegada al Porto, asegurando que existió un acuerdo verbal con Cruz Azul para su salida, pero que el club mexicano “cambió de postura” en el último momento. Esta diferencia de versiones mantuvo el conflicto encendido hasta ahora.

Anselmi firmó con el Porto un contrato hasta 2027, en reemplazo de Vítor Bruno, y hasta el momento ha logrado siete victorias, tres empates y tres derrotas, manteniendo al equipo en el tercer lugar de la Liga de Portugal, con dos jornadas por disputarse.

Con el acuerdo ya cerrado, Cruz Azul podrá dar vuelta a la página, mientras que Anselmi, respaldado por su nuevo club, podrá concentrarse en sus objetivos deportivos sin el riesgo de sanciones legales. ¿El precio? Un pacto millonario que cierra una de las novelas más tensas del fútbol mexicano reciente.