El mercado laboral mexicano ha experimentado un crecimiento significativo en 2023, impulsado en gran medida por la participación de las mujeres. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de las 910,874 personas que se incorporaron a la fuerza laboral durante el año pasado, 74.6% fueron mujeres.


Este crecimiento de la participación laboral femenina es un fenómeno positivo, ya que contribuye a la reducción de la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, también es importante señalar que las condiciones en las que se emplean las mujeres siguen siendo precarias.


Según el INEGI, solo el 19.8% de las mujeres que se incorporaron al mercado laboral en 2023 tienen acceso a instituciones de salud públicas y privadas. Además, el 65.6% de ellas trabaja en la informalidad, lo que significa que no tienen acceso a seguridad social, prestaciones laborales y protección legal.


La concentración sectorial del empleo femenino también es un problema. Las mujeres se concentran en sectores como el comercio y los servicios, que suelen ofrecer salarios más bajos y condiciones laborales más precarias. Por ejemplo, el 77.6% de las mujeres que se incorporaron al mercado laboral en 2023 lo hizo en los sectores de comercio y restaurantes y servicios de alojamiento.


Algunas recomendaciones para mejorar las condiciones laborales de las mujeres


• Garantizar el acceso a la salud y la seguridad social para todas las trabajadoras, independientemente de su condición laboral.
• Fomentar la formalización del empleo femenino, a través de políticas que incentiven a las empresas a contratar a mujeres y a ofrecer mejores condiciones laborales.
• Promover la participación de las mujeres en puestos de liderazgo, tanto en el sector público como en el privado.


Estas medidas contribuirían a reducir la brecha de género en el mercado laboral y a lograr una sociedad más justa e igualitaria.

• Las mujeres han sido el motor de la generación de empleo en México durante 2023, representando el 74.6% de los nuevos ocupados.
• Sin embargo, las condiciones en las que se emplean son precarias, ya que solo el 19.8% tiene acceso a instituciones de salud y el 65.6% trabaja en la informalidad.
• La concentración sectorial del empleo femenino se concentra en el comercio y los servicios, mientras que los sectores que perdieron empleos fueron los servicios sociales, el gobierno, la construcción y la industria extractiva.
• La posición de las mujeres en el mercado laboral también es precaria, ya que solo el 11.4% son empleadoras y el 33.8% trabajan menos de 15 horas a la semana.
Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de continuar impulsando políticas públicas que promuevan la inclusión laboral de las mujeres en condiciones de igualdad y equidad. En particular, es necesario:
• Garantizar el acceso a la salud y la seguridad social para todas las trabajadoras, independientemente de su condición laboral.
• Fomentar la formalización del empleo femenino, a través de políticas que incentiven a las empresas a contratar a mujeres y a ofrecer mejores condiciones laborales.
• Promover la participación de las mujeres en puestos de liderazgo, tanto en el sector público como en el privado.
Solo a través de estas acciones será posible cerrar la brecha de género en el mercado laboral y lograr una sociedad más justa e igualitaria.
A continuación, se presentan algunos comentarios adicionales sobre los hallazgos del artículo:
• Es importante destacar que el crecimiento del empleo femenino se ha producido en un contexto de recuperación económica tras la pandemia de COVID-19. Sin embargo, es necesario que esta tendencia se consolide en el tiempo y que las mujeres tengan acceso a empleos de calidad, con salarios justos y prestaciones sociales.
• La concentración sectorial del empleo femenino en los servicios es un fenómeno que se observa en muchos países del mundo. Esto se debe a que los servicios suelen ser sectores más flexibles y con mayores oportunidades de conciliación de la vida laboral y familiar. Sin embargo, es importante que las mujeres tengan acceso a empleos en otros sectores, como la industria y la construcción, que son más dinámicos y ofrecen mejores oportunidades de desarrollo profesional.
• La baja participación de las mujeres en puestos de liderazgo es un reflejo de las desigualdades de género que persisten en la sociedad. Es necesario promover el liderazgo femenino a través de políticas públicas y acciones educativas que incentiven a las mujeres a ocupar puestos de mayor responsabilidad.


En conclusión, el papel de la mujer en el mercado laboral mexicano es fundamental. Sin embargo, es necesario tomar medidas para mejorar las condiciones en las que se emplean las mujeres, con el fin de garantizar su inclusión laboral en condiciones de igualdad y equidad.

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