La Fundación Renovables y Greenpeace España redactaron días atrás un manifiesto para «desmontar» una de las principales estrategias de Europa y de Moncloa para descarbonizar las economías: la ambiciosa y millonaria apuesta por el hidrógeno verde.

El documento tiene datos, cálculos y cifras que desnudan las enormes incongruencias (políticas, técnicas, económicas, sociales) de los planes de Bruselas y del Gobierno de Pedro Sánchez respecto a este vector energético.

«Nuestras viviendas, nuestros coches, nuestro día a día no serán a base de hidrógeno. Es algo que no va a tener ningún impacto en la vida diaria de la gente, solo de algunas empresas», aclaran los exportes que firman este informe. La conclusión es que el hidrógeno renovable puede ser muy útil en sectores industriales puntuales, pero no será nunca -por su ineficiencia, la enorme cantidad de electricidad que se necesita para producirlo, las dificultades de transporte, etc.- «vector energético clave y base» en la sustitución de los combustibles fósiles.

«El desarrollo e introducción del hidrógeno, por las características de su proceso de producción, debería tener como objetivos la sustitución del hidrógeno de origen fósil actual y cubrir aquellas aplicaciones a las que la electricidad no puede llegar y no basarse en una apuesta por incrementar la oferta», sostiene una parte de la comunidad científica

Conforme a las advertencias científicas el ministerio para la Transición Energética y Reto Demográfico (MITECO) sigue adelante con su plan de financiar proyectos de hidrógeno verde. 

La cartera que dirige Teresa Ribera, resolvió la concesión definitiva de 200 millones de euros en ayudas «para impulsar iniciativas innovadoras y generadoras de cadena de valor en hidrógeno renovable». se otorgarán en el marco del Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Recuperación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE ERHA).

Los 37 proyectos ya seleccionados, para esta financiación lo dio el consejo de  Administración del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE).
La justificación para desembolsar el dinero («inyectar ayudas», según el comunicado del Ministerio) es que se tratan de expedientes con «con viabilidad comercial de producción y consumo local de hidrógeno renovable en la industria, el transporte pesado y otros sectores de difícil descarbonización».

Los proyectos se ubican en nueve comunidades autónomas: Andalucía (6), Cataluña (3), Galicia (3), Asturias (2), Extremadura, Navarra, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Aragón. El MITECO aclara en su resolución que, en la selección, ha «la participación de pymes, el impacto positivo en zonas de Transición Justa y de Reto Demográfico, la reducción de emisiones y la creación de empleo». «Además, todos los proyectos seleccionados deben respetar el principio de no causar un daño significativo al medio ambiente», reza el comunicado.

Reconoce el Ministerio, «pretenden posicionar a España como referente tecnológico en producción y aprovechamiento del hidrógeno renovable».
el Ejecutivo aspira a alcanzar una potencia de electrólisis de 300 MW a 600 MW en 2024 y de 4 GW en 2030, un 10% del objetivo comunitario, «lo que demuestra la ambición de nuestro país para ser un actor fundamental dentro del contexto europeo».

«Con las ayuda, el Gobierno pretende posicionar a España como referente tecnológico en producción y aprovechamiento del hidrógeno renovable«

La preocupación de Fundación Renovables y Greenpeace es las proyecciones del hidrógeno verde, al ser «un sueño megalitico», camine al fracaso por sus incongruencias técnicas y políticas.

«El hidrógeno será, sin duda, la guinda de la transición energética, pero nunca será el pastel, como el sector gasista y el Gobierno nos quieren hacer creer», resume Fernando Ferrando, presidente de Fundación Renovables.

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