La decisión de Donald Trump de impulsar al senador Marco Rubio para el Departamento de Estado tuvo un eco directo en Culiacán, ciudad afectada por el conflicto entre los hijos de Joaquín Guzmán Loera y los de Ismael Zambada, ambos capos actualmente presos en Estados Unidos.

El senador por Florida ha defendido públicamente la tesis de que el narco ha operado en diversas entidades del país en favor de Morena, y ha dicho que Andrés Manuel López Obrador «entregó territorios al crimen organizado».

El próximo jefe de la diplomacia estadounidense ha sostenido diversos encuentros en Washington con políticos del PRI y del PAN, en los cuales se detalló el papel del Cártel de Sinaloa en las elecciones de 2021 que le dieron el triunfo a Rocha en Sinaloa.

La relación del crimen organizado con la política es una cuestión que Rubio conoce y que incrementa la presión sobre el gobernador, ya en la mira de las agencias de seguridad del país vecino por su ubicación el día que fue arrestado Zambada.

En las últimas horas se ha hablado incluso de designar al secretario de Agricultura, Julio Berdegué, perteneciente al primer círculo de Claudia Sheinbaum, como una salida institucional del gobernador.

Esta semana fue nefasta para el gobernador, atrapado en la trama de la feria ganadera de Sinaloa, evento históricamente controlado por capos del crimen organizado y cuya gestión actual corresponde a «Los Chapitos».

Semanas atrás, Rocha anunció que este evento se realizaría a pesar de la violencia en Culiacán. Poco después, la taquilla apareció incinerada y una manta mencionando a los hijos del gobernador hizo que Rocha desistiera del evento.

Este martes, Omar García Harfuch dijo que la Secretaría de Seguridad podía garantizar la feria, pero Sheinbaum afirmó que respetaban la decisión del gobernador. Una trama cambiante que confirmó un clima político cada vez más enrarecido.