Nuestro país alberga prácticamente todos los ecosistemas conocidos en el mundo, es por eso que se considera una verdadera maravilla. Existen especies que son únicas de este país, entre ellos destacan el lobo mexicano, el xoloitzcuintle o el ajolote, pero ¿habías oído hablar de la chirinola mexicana, un cactus que camina? Esta especie se localiza en tierras áridas al norte de México.
Es una especie endémica de Baja California Sur, no crece de manera erecta como los demás cactus. La chirinola, se suele extender por varios metros cuadrados. Sus vástagos crecen como ramas, para después separarse y crecer por su cuenta.
El tallo de esta especie llega a medir hasta 4 metros de largo y puede alcanzar hasta 15 metros. La chirinola mexicana florece de manera nocturna, sus flores son de color rosa brillante o blanco, mide aproximadamente 12 cm de largo.
La particularidad de este cactus es que crece de manera rastrera, la parte más vieja muere para dar paso a la nueva, y así continuar su propagación. Las partes muertas sirven de composta para alimentar a la nueva rama para que continúe su camino.
Desgraciadamente la chirinola mexicana se encuentra en peligro de extinción, esto debido al contrabando ilegal y a la expansión de tierras para la ganadería.