Cuando te encuentras con una camada huérfana, es fundamental saber cómo cuidar un gato bebé para garantizar su bienestar. Los cachorros recién nacidos no pueden regular su temperatura corporal, por lo que lo primero es mantenerlos calientes. Para esto, puedes usar mantas eléctricas o bolsas de agua, pero es esencial que no estén en contacto directo con la fuente de calor para evitar quemaduras. Además, llévalos al veterinario para una revisión de salud.

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La alimentación adecuada es vital para su desarrollo. Los gatitos deben ser alimentados con fórmula especial para ellos, nunca con leche de vaca. Durante las primeras semanas, debes alimentarles cada 2 a 4 horas, dependiendo de su edad. Asegúrate de preparar la mezcla sin grumos y a la temperatura correcta. Es crucial que se alimenten en posición horizontal para evitar riesgos de neumonía por aspiración.

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Otro aspecto clave es la estimulación para que puedan eliminar. Los gatitos pequeños no pueden hacerlo por sí mismos, por lo que es necesario un masaje suave en su barriguita y genitales tras cada toma. También es recomendable pesarlos a diario para monitorear su crecimiento y asegurarte de que están ganando peso. A medida que se desarrollan, podrás introducir otros alimentos, pero nunca de forma brusca. Ten paciencia, ya que, aunque es un proceso hermoso, también es un desafío.