Detectar y tratar la depresión en mascotas
El bienestar emocional de perros y gatos puede verse afectado por diversos factores como cambios de hogar, pérdidas familiares o estrés por situaciones nuevas. Según expertos, síntomas persistentes como apatía, falta de apetito y rechazo al juego pueden indicar depresión. Aunque no haya problemas físicos detectables, estos comportamientos alertan sobre una posible afectación emocional en nuestras mascotas.
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Los gatos, al ser más reservados, tienden a ocultar su sufrimiento como estrategia evolutiva, mientras que los perros suelen mostrar cambios conductuales evidentes. Factores como soledad, falta de actividad, estrés y enfermedades no tratadas son comunes en ambos. Sin embargo, el entorno juega un papel clave: los gatos valoran su territorio y rutinas, mientras que los perros necesitan interacción social diaria para sentirse equilibrados.
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El tratamiento requiere un enfoque integral. Veterinarios y etólogos recomiendan combinar medicamentos específicos, terapias como feromonas, acupuntura y cambios en el estilo de vida de las mascotas. Proveer compañía, más tiempo de juego, juguetes variados y salidas regulares puede marcar la diferencia. En casos graves, acudir a un especialista es esencial para garantizar su recuperación y felicidad.