Nota y fotos por Silver Juárez Arce
Nelly Rojas Castillo, una mujer con baja visión, comparte su experiencia diaria acompañada de Riley, su perra guía, con quien ha formado un equipo durante los últimos cinco años.
A través de su testimonio, Rojas Castillo señala los desafíos que enfrentan las personas con discapacidad visual en Chihuahua, particularmente en lo que respecta al acceso a espacios públicos y el incumplimiento de las leyes de inclusión.
Aunque en Chihuahua existen leyes que garantizan el acceso de las personas con perros guía a lugares públicos como restaurantes, tiendas y transporte, la realidad es diferente.
Rojas Castillo menciona que, a pesar de la legislación, muchas veces se les niega el acceso a diversos establecimientos debido a la discriminación y la falta de conocimiento sobre los derechos de las personas con discapacidad visual.
Los perros guía no son simplemente mascotas, sino una herramienta esencial que les permite a las personas con baja visión tener mayor independencia y autonomía.
En el caso de Riley, su perra guía, permite a Rojas Castillo moverse con seguridad por la ciudad. Sin embargo, a pesar de que la ley permite el acceso de los perros guía a todos los espacios públicos, la implementación de estas leyes es inadecuada, dejando a las personas con baja visión expuestas a obstáculos en su vida diaria.
Rojas Castillo explica que los perros guía no se compran, sino que son donados por escuelas especializadas que entrenan a los perros, lo que implica un proceso largo y costoso.
A pesar de esto, muchos establecimientos siguen negando el acceso a las personas con perros guía, lo que refleja un problema de concientización y respeto por los derechos de las personas con discapacidad.
«Las leyes existen, pero no se aplican correctamente», menciona Rojas Castillo, destacando la necesidad de que el gobierno municipal implemente políticas más claras y sanciones efectivas para quienes violen estos derechos.
Además, señala que hace falta una mayor inversión en campañas de inclusión y sensibilización que promuevan el respeto y la comprensión hacia las personas con discapacidad visual.
Sin estas campañas, la sociedad sigue siendo ignorante sobre los derechos de estas personas y la importancia de los perros guía.
El caso de Nelly y Riley pone de manifiesto la urgente necesidad de un compromiso más firme por parte del gobierno municipal para asegurar el acceso a los espacios públicos sin discriminación.
A pesar de las declaraciones de inclusión, la falta de acción concreta sigue dejando a las personas con baja visión en una situación de vulnerabilidad, sin contar con las herramientas sociales y legales que les garanticen su inclusión real en la sociedad.