Por: Redacción

El Teatro de la Ciudad de Chihuahua, un símbolo histórico y cultural enclavado en el corazón del centro histórico, enfrenta una crisis sin precedentes. A pesar de su legado arquitectónico y su papel como epicentro de las artes escénicas, el recinto se desmorona ante la indiferencia de las autoridades, poniendo en riesgo tanto su patrimonio como la seguridad de sus visitantes.

Inaugurado originalmente en 1877 como Teatro Betancourt, el inmueble ha sobrevivido a incendios, reconstrucciones y cambios de identidad. Tras ser consumido por las llamas en 1904 y 1938, resurgió en 1947 como Cine Colonial, un teatro-cine con estilo Atmospheric que simulaba un pueblo español bajo un cielo estrellado, diseñado por el arquitecto Arturo O. Cerdeño. Con capacidad para 3,400 personas, fue un ícono de la época dorada del cine mexicano hasta su cierre en 1992.

En el año 2000, el Ayuntamiento lo rescató para convertirlo en el actual Teatro de la Ciudad, con una renovación que incluyó butacas, alfombras y mobiliario por 15 millones de pesos en 2005. Sin embargo, hoy su estado es alarmante: la pintura se desprende, las ventanas de madera se pudren sin barniz, y el letrero de la fachada amenaza con desplomarse sobre los transeúntes.

El peligro no es solo estético. En un edificio con estructuras de madera y capacidad para 873 personas, la falta de mantenimiento es una bomba de tiempo. La boca de agua para incendios no funciona, lo que imposibilitaría a los bomberos actuar ante un siniestro, un problema ya denunciado en 2022 por el Congreso local, que alertó sobre la ausencia de sistemas contra incendios y cableado eléctrico deteriorado en teatros de la región.

Esta negligencia contrasta con la programación cultural vigente: en enero de 2025, el teatro albergó la obra Desaparecemos, y para septiembre está prevista la Muestra Municipal de Teatro, eventos que atraen a cientos de personas en un espacio inseguro.

El abandono del Teatro de la Ciudad no solo amenaza vidas, sino que mancha la imagen turística de Chihuahua. Ubicado en la calle Ojinaga 112, en pleno centro histórico, su deterioro es visible para visitantes y locales. Resulta paradójico que, mientras el Municipio invierte en eventos como la Polka Monumental que reunió a 3,368 bailarines en marzo de 2025, un recinto clave para las artes escénicas se deje morir.

Se exigen una restauración integral. ya se había advertido en 2022 sobre la necesidad de intervenir en teatros como este, pero las gestiones quedaron en promesas. Hoy, la comunidad reclama al Instituto de Cultura del Municipio y al Gobierno del Estado que actúen antes de que una tragedia borre definitivamente este patrimonio.

El Teatro de la Ciudad no es solo un edificio: es un testigo de la historia chihuahuense y un puente entre generaciones. Su rescate no puede esperar. Como escribió Mike Hume en Historic Theatre Photos: «Su arquitectura cuenta la resistencia de un pueblo ante el fuego y el tiempo». Ahora, la pregunta es si las autoridades escucharán antes de que sea demasiado tarde y termine como la tienda Milano, Reducido a cenizas.