Rafael Soto

Siempre recordaremos el 19 de septiembre por el temblor que sacudió a la Ciudad de México.
Fue tremendo para una metrópoli cuyos edificios no estaban diseñados para soportar un fenómeno de magnitud 8.1 Richter.
Pero en Chihuahua hubo otro; sin derrumbes, sin víctimas mortales, sin heridos pero también trágico. Fue el principio del fin de la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional que culminaría con su salida de Los Pinos quince años después.
Efectivamente, el gobernador Oscar Ornelas Kuchle renunció a su cargo –solicitó licencia definitiva, para ser más técnicos- la mañana de ese día.
El lic. Ornelas fue una persona afortunada. Exitosa. Pero con una característica sui generis. En los puestos importantes que ocupó nunca terminó su periodo. Antes de la autonomía de la Universidad de Chihuahua fue director de la Facultad de Derecho y después rector de la Máxima Casa de Estudios. Fue el último rector designado por el gobernador y después de otorgada la autonomía el primer rector designado por el Honorable Consejo Universitario en 1970. Dimitió de ese cargo para hacerse cargo de la Dirección del Colegio de Bachilleres. También se retiró para contender y obtener el triunfo como presidente municipal de Chihuahua en 1974. Presentó su retirada para ser elegido candidato al Senado de la República. Ganó las elecciones y a finales de 1979 dejó su cargo legislativo para ser votado como candidato a gobernador en 1979. Ganó en las urnas y el 19 de septiembre de 1985 –como ya lo dijimos- dejó el cargo.
¿Por qué renunció Ornelas Kuchle? Son varios factores. Una de ellas su vertiginosa carrera política le trajo muchos amigos, pero también contrarios. El éxito trae consigo bastantes envidias. Se vio arrinconado por un movimiento social político encabezado por el Partido Acción Nacional. La severa crisis económica se reflejaba en la población. Era el primer año de gobierno de Miguel de la Madrid. El PRI empezaba a vivir la debacle. Divisiones internas en el Tricolor. Disputas con la CTM en la persona de Mar de la Rosa. La intervención de la Iglesia en asuntos políticos encabezados por Adalberto Almeida y Merino. Ya en 1983 un grupo de políticos habían obtenido varias presidencias municipales encabezados por don Luis H. Álvarez en Chihuahua. Además Ciudad Juárez, Delicias, Parral, Camargo, Meoqui, Casas Grandes e incluso Cuauhtémoc (PST) derrotaron estrepitosamente al antes arrollador partido. Ante esta hecatombe Ornelas reconoció los triunfos de la oposición mientras que en la Ciudad de México el CEN del PRI decía lo contrario.
El entonces Rector de la UACH, Reyes Humberto de las Casas Duarte, quien aspiraba a un cargo de elección popular, al ver sus planes frustrados decidió relegirse por segunda vez. Él había dirigido a nuestra Alma Mater en su primer periodo de 1979-1982, se había reelecto para 1982-1985 y pretendió alargar su periodo de 1985 a 1988. En mayo de 1985 el Consejo Universitario lo eligió para este periodo, luego vinieron los periodos vacacionales y en agosto y septiembre de ese año la Universidad fue paralizada por huelgas de escuelas y facultades como consecuencia del movimiento magisterial estudiantil, toma de autobuses que paralizaron la ciudad, inconformidad ciudadana, anarquía incontrolable y finalmente De las Casas debió renunciar el doce de septiembre. Ante ese coctel de conflictos sociales el gobernador solo decía “tomaremos medidas”. Finalmente las hipótesis sobre la actuación de Ornelas son contradictorias: unos piensan que le faltó carácter para enfrentar los problemas políticos y sociales y otros que abrió las puertas de la democracia. Murió en el año 2000.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *