Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En la fresca mañana de este último viernes del año, Lorena Muñoz y Luis Alda, con charolas llenas de deliciosas donas, decidieron llevar su emprendimiento ambulante al corazón del centro de Chihuahua. Sin embargo, su jornada se vio truncada cuando las autoridades les pidieron que abandonaran el primer cuadro de la ciudad. Nuestro equipo de Ocho Ochenta Noticias se acercó a ellos para conocer más sobre su experiencia y los desafíos que enfrentaron.

La venta ambulante de donas, una tradición deliciosa y arraigada, se vio frenada debido a regulaciones que prohíben la actividad comercial en una zona ya saturada de vendedores.

Luis Alda compartió su perspectiva sobre la situación: «Posiblemente sí podríamos obtener un permiso, pero nos indicaron que fuera del centro, después del Ángel y sus alrededores». La frustración y la incomodidad se reflejaban en sus rostros, evidenciando que su deseo de trabajar y emprender se vio afectado por las restricciones impuestas.

La respuesta de Lorena y Luis ante esta situación fue unánime. «Estoy en desacuerdo porque aquí hay mucha gente. Es el centro, es público y yo digo que merecemos todos la misma oportunidad», expresó Luis. Por su parte, Lorena señaló la necesidad de que las autoridades sean más accesibles y faciliten el empleo ambulante.

Este incidente subraya la complejidad de la relación entre los comerciantes ambulantes y las regulaciones gubernamentales. Mientras las autoridades buscan mantener el orden público, los emprendedores ambulantes luchan por oportunidades justas para llevar adelante sus negocios.

En el último viernes del año, la historia de Lorena y Luis destaca el desafío constante de equilibrar la regulación y la aspiración empresarial, dejando en evidencia las tensiones entre el deseo de trabajar y las barreras burocráticas que enfrentan los ambulantes en el centro de Chihuahua.

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