Con texto e imagen de Colaboradora
Un dulce panal encontraron las abejas en un puesto de cubiertos de calabaza, piñas y camotes. Los insectos revolotean alrededor de las frutillas endulzadas volviéndose locas, zumbado entre los caminantes que las espantan y se alejan de ellas para evitar ser aguijoneados.
No se puede hacer más.
Ni siquiera el tendero dueño de esas delicias puede contra el enjambre. Ellas llegaron a posesionarse del lugar para libar la miel que escurren los dulces y apoderarse como si ese fuera su colmena.
¡Esa es la Dolce Vita!