Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
En medio de una fría mañana donde el termómetro marcó -7 grados Celsius en Chihuahua, un grupo diverso de alrededor de 20 migrantes, provenientes de Guatemala, Venezuela y México, se encontraron fuera del albergue San Agustín. En una entrevista, expresaron sus temores de pasar hambre y frío mientras enfrentan las duras condiciones invernales.
«Estábamos todos afuera en el OXXO», comentó uno de los migrantes, refiriéndose al lugar donde se encontraban antes de la entrevista. A pesar de tener solo la ropa que traían consigo y algunas cobijas, los migrantes indicaron que sintieron intensamente el frío durante la noche. «Yo sentía que nos moríamos del frío», compartió uno de ellos.
La situación se torna más crítica al mencionar que entre los migrantes se encuentran niños, algunos de los cuales ya muestran signos de enfermedad. «Los niños tienen tos. Todos vienen malos», señaló uno de los entrevistados. Los migrantes explicaron que no están acostumbrados a estas temperaturas extremas y que llegaron a Chihuahua alrededor de la 1 o 2 de la madrugada, después de ser bajados del tren por las autoridades migratorias.
Entre el grupo, se destacan tres familias, una de Guatemala y dos de México. «Nosotros la pasamos en una cementera en Huichapa», compartió uno de los migrantes sobre su experiencia durante el año nuevo. Los migrantes, desesperados por las difíciles condiciones que enfrentan, expresaron sus necesidades más básicas: alimentación, abrigo y un lugar para bañarse.
El grupo, compuesto por guatemaltecos, venezolanos y mexicanos, todos con el mismo destino: Estados Unidos, busca apoyo para sobrellevar las inclemencias del invierno. «No hemos dormido nada, tenemos tres días de no dormir ya», comentó Edwin de la Rosa, destacando la urgencia de la situación.
Aunque se desconoce cuánto tiempo permanecerán en Chihuahua, los migrantes esperan encontrar ayuda para satisfacer sus necesidades más básicas y continuar su viaje hacia el norte en busca de un futuro mejor.