Edmundo Jacobo Molina renunció a la Secretaría Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral (INE) al considerar que «llegó el momento» luego de 14 años de dejar su cargo en el que había sido reinstalado tras haber obtenido una suspensión definitiva contra el Plan B de la 4T que planteaba su dimisión.

«La notoriedad que- sin buscarla- he adquirido constituye un impedimento, desde mi punto de vista, para continuar mi desempeño con discreción y eficacia las actividades propias del secretario ejecutivo. Por ello estoy convencido que conforme a la ética de la responsabilidad es el momento de retirarme», dijo y comento de lo problemático de su «sobrexposición» en medio de la elección de los cuatro nuevos consejeros del INE.

«Esta renuncia es de carácter irrevocable, porque no me anima el preservarme en una posición laboral, sino la defensa de la ley y de las instituciones, como secretario ejecutivo esa fue mi convicción y seguirá siendo como ciudadano, que como a millones de mexicanos le preocupa la democracia de mi país», agregó.

Jacobo Molina fue uno de sus principales colaboradores del consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello. Comento que su renuncia tiene el animo de evitar la «politización de las actividades técnicas y ejecutivas del instituto, que por definición deben atender a criterios estrictamente técnicos».

«Desafortunadamente, el diseño institucional que procuramos durante tantos años, así como el equilibrio con el que siempre se ejecutó, fue roto en algunos meses por algunos actores políticos», dijo Jacobo Molina.
Esto ocurre luego de que el Comité Técnico Evaluador de los consejeros del órgano electoral presentó la quintetas de los cuatro nuevos integrantes del INE, entre ellas la quinteta de quien sustituirá a Lorenzo Córdova en la Presidencia del instituto

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