Nuestro reconocimiento a los periodistas de América Latina que se juegan la vida todos los días por informar es un acto de suma importancia.


Es importante recordar que el periodismo es un oficio peligroso, y que los periodistas corren el riesgo de ser asesinados, secuestrados, amenazados o perseguidos por su trabajo.


Las cifras que se mencionas son alarmantes. En 2022, América Latina fue la región más peligrosa para ejercer el periodismo en el mundo, con al menos 30 periodistas asesinados. En 2023, la situación no ha mejorado, y la Unesco afirma que 69 periodistas de diez países fueron asesinados en la región entre enero de 2022 y julio de 2023.


Es cierto que la región es la más peligrosa para ejercer el periodismo en el mundo. Los periodistas sufren de todo tipo de violencia, desde asesinatos hasta amenazas, precarización laboral y encarcelamientos.


También es cierto que, pese a todo eso, en América Latina se siguen haciendo grandes investigaciones y surgiendo medios que buscan fiscalizar al poder y explicarle procesos complejos a una audiencia necesitada de información verificada, creíble y con contexto.


Estos medios han nacido y crecido, mayoritariamente, gracias a esfuerzos titánicos de periodistas que han tenido que convertirse en acreedores de información mientras combaten con gobiernos autocráticos o buscan cómo obtener fondos.


La lista de periodistas en los medios que están haciendo una diferencia en América Latina es muy valiosa. Estos medios son un ejemplo de la resiliencia y el compromiso de los periodistas en la región.


Son medios que han nacido y crecido, mayoritariamente, gracias a esfuerzos titánicos de periodistas que han tenido que convertirse en emprendedores mientras luchan con gobiernos autocráticos o buscan cómo obtener fondos.


En México buscan hacer una diferencia medios y cooperativas periodísticas como: Quinto Elemento, Lab, A dónde van los desaparecidos o la Alianza de Medios. En Brasil, Repórter y Agência Pública.


En Centroamérica, una zona muy violenta para los periodistas, hay medios que se mantienen a flote. En El Salvador lo hacen Focos, Factum o El Faro. En Nicaragua, donde más de 250 periodistas viven en el exilio por la dictadura de Daniel Ortega, Divergentes sigue informando. Lo mismo que ContraCorriente, en Honduras, y Redacción Regional, que suma medios de toda la zona.


Cuba es otra dictadura donde hacer periodismo es casi imposible, pero lo siguen haciendo en El estornudo y Periodismo de barrio. En Colombia, la histórica labor periodística la mantienen Mutante, Cuestión Pública, Cerosetenta y Vorágine.


Es importante seguir apoyando a estos medios y a los periodistas que arriesgan sus vidas para informar. La libertad de expresión es un derecho fundamental, y los periodistas desempeñan un papel esencial en la democracia.

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