Por: Yoboli Menchaca.
Las elecciones intermedias de Estados Unidos pueden resumirse en dos historias, la operación del presidente demócrata Joe Biden para contener lo que se veía como una ola de victorias del partido republicano y el ascenso de Ron DeSantis, el reelecto gobernador de Florida como el gran ganador de la derecha estadounidense y serio contendiente de Donald Trump en la primaria republicana de 2024.
Washington todavía no se tiene una imagen clara de quien resultará el verdadero ganador de las elecciones intermedias, los votos siguen contando sin carreras clave que definirán gobernaturas importantes, como la de Arizona con la candidata en la derecha populista Kari Lake que ha prometido declarar una invasión en la frontera para justificar legalmente el envío de agentes estatales a México.
El control del senado prácticamente se definirá en la contienda de tres estados Nevada, Arizona y Georgia, que de acuerdo al consenso de opciones tendrá que recurrir a una elección extraordinaria. Se espera que los demócratas ganen Arizona y que los republicanos ganen Nevada por diferencias de menos de un punto porcentual, con estos resultados la elección extraordinaria de Georgia definiría el control de la cámara alta, un triunfo demócrata en el estado implicará una división del senado de 50 senadores por partido.
El voto desempate en la vicepresidencia aseguraría la mayoría para el partido demócrata, el escenario base del departamento de análisis de The New York Times estipula que el partido republicano retoma el control de la cámara en representantes, sin embargo con base en los resultados disponibles, el consenso de estimaciones proyecta que Joe Biden perderá menos asientos en la cámara de representantes que Barack Obama y Bill Clinton, sus antecesores demócratas en la presidencia, considerando las expectativas previas en la elección un contexto de alta inflación y el bajo nivel de aprobación de Biden, esto representa una victoria política para los demócratas.
El partido en el poder resistió con base en una fuerte motivación para defender el derecho a la interrupción del embarazo y la defensa del sistema electoral, el presidente declaró que la elección del 8 de noviembre fue un buen día para la democracia y adelantó que tomaron una decisión los primeros meses del 2023 sobre su probable campaña de reelección.
El gran perdedor de la noche es el ex presidente Donald Trump considerando que los candidatos impulsados por su estructura política y financiera no cumplieron las expectativas de una ola roja para el partido republicano los candidatos que tomaron el discurso trompeano, el fraude electoral y la guerra cultural tuvieron un desempeño peor a lo esperado, este fenómeno se ha vuelto evidente en la derrota de Mehmet Oz en la carrera senatorial de Pensilvania en la derrota de Joe Mastriano en la elección a la gubernatura de ese estado ambos fueron financiados y asesorados por la estructura política y por la red de donantes de Donald Trump.
La incertidumbre sobre la campaña, el senado de Herschel Walker en Georgia, el candidato senador también en Arizona, Blake Masters ponen en duda la efectividad del endorsement político de Trump, esto contrasta con el aplastante Triunfo de Ron de Santis, un político de centro de derecha que ha tomado distancia en la ala populista del partido. El gobernador de Florida ganó la reelección con un margen de 20 puntos, un fenómeno poco usual en la política contemporánea estadounidense particularmente en los Estados péndulo, Ron DeSantis se ha posicionado como un serio contendiente a la nominación presidencial del partido republicano en 2024. Esto anticipó una fuerte disputa política en las elecciones primarias de la derecha estadounidense, dos días antes de la elección primaria Ken Griffin el influyente CEO del fondo de coberturas y CiTarel LL.S. declararon una entrevista para político que financiaría un proyecto presidencial de Ron de Santis, se trata nada más y nada menos del tercer mayor donante en este ciclo electoral.
En ese sentido Ron DeSantis se ha convertido en el nuevo blanco político de Donald Trump quien sugirió tener información comprometedora sobre el gobernador de Florida, no obstante el adagio en Washington es que Ron DeSantis transformó Florida de un estado morado a un estado rojo, las elecciones intermedias ponen de relieve que el futuro político de Estados Unidos llevan los apellidos Biden y DeSantis.