El rosal es conocido como la reina del jardín, tiene una belleza arrebatadora, su aroma es cautivador y tiene atractivos colores. Si aprendes a cultivar los rosales, podrás disfrutar de ellas por mucho tiempo.

Si te has decidido por cultivar un rosal en tu casa, la mejor época para plantarlos será en octubre, incluso a finales de marzo, ya que se tendrá una temperatura cálida y quedará tiempo para que comiencen la temporada de frío.

En los viveros podrás encuentras rosales en macetas, en donde las raíces ya se encuentran más desarrolladas y protegidas, y no sería tan importante esperar al otoño y puedes plantarlos a partir de la primavera.

I. El rosal necesita espacio

Es importante que no la coloques en un espacio donde ya tienes plantadas otras plantas, pues sus raíces no tendrán suficientes nutrientes del terreno, ya que estarán compitiendo con ellas. Por lo anterior, será mejor que la siembres en un espacio solo dedicado para ella. Recuerda que son plantas que necesitan de un lugar soleado.

II. ¿Qué clase de tierra necesita el rosal para su cultivo?

El rosal necesita de un suelo aireado y que esté bien drenado, es una planta que tampoco tolera los encharcamientos, sus raíces son sensibles a determinados tipos de hongos.

Debe tener un suelo arenoso, esto facilitará su drenaje. Si tu jardín es demasiado arcilloso lo puedes mezclar con algo de arena. También debes buscar que su sustrato sea ligeramente ácido y rico en materia orgánica.

III. ¿Son los rosales propensos a crecer en una maceta?

Si, solo que deberás de tomar en cuenta que los cuidados serán diferentes a los plantados en el jardín.

Lo primero es conseguir una maceta lo suficientemente grande y alta, pues lo rosales tienen raíces profundas y necesitan espacio.

La ventaja que se tiene al estar en maceta, es que puede ser reubicado en invierno a un lugar más cálida para protegerlo de las heladas.

IV. Riego

Su riego debe de ser suficiente y estar cuidando la frecuencia de su riego. Recuerda que sus raíces no soportan los encharcamientos.

Debido a que sus raíces son profundas, será necesario brindarle una buena cantidad de agua para que la humedad llegue hasta ellas.

Riega a primera hora de la mañana, nunca a pleno sol ni tampoco al anochecer.

V. Abono

Para que el rosal pueda florecer de manera bellísimas, será necesario aportarles algunos nutrientes extra, especialmente durante la época de floración.

De preferencia se debe fertilizar de forma regular para que crezcan fuertes, sus flores se vean espectaculares y así enfrentarse a las plagas y otras enfermedades.

A los rosales en maceta les van bien los líquidos, los puedes disolver en el agua de riego. Si los tienes plantados en el jardín, prueba con fertilizantes de liberación lenta. No olvides los abonos orgánicos.

VI. La poda

Para que los rosales se desarrollen con más fuerza y belleza, no debes de olvidarte de la poda, ya que esto estimulará su crecimiento.

La mejor temporada para la poda de esta planta será a finales del invierno, cuando ya no hace tanto frío.

Al podar las ramas iniciales, las partes interiores del rosal recibirán más aire y luz, lo que les beneficia considerablemente.

Elimina también las hojas y flores marchitas, esto para que no le roben energía a las que están por crecer.

VII. Plagas y enfermedades

La enfermedad que sufren más es el ataque de hongo. Para evitarlo como ya se comento con anterioridad es mantener una buena rutina de riego.

La especie de hongo que suele atacar a los rosales son el denominado:

• Oidio, que se manifiesta en forma de polvo blanquecino en las hojas
• Marsonina, que provoca manchas negras con bordes amarillentos en las hojas.

Si ves alguno de estos síntomas aplicar rápidamente un fungicida adecuado.

En cuanto a las plagas, debes estar pendiente del pulgón y los escarabajos, que son las más habituales en los rosales. La solución es utilizar plaguicidas.

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