¿Sabías que existen plantas que tienen un comportamiento altamente evolutivo que otras? Este es el caso de flores como los tulipanes, hibiscos, amapolas y azafranes, entre otras.
Quizá hayas observado que algunas flores al llegar la noche empiezan a plegar sus pétalos, como si estuvieran listas para dormir. A estas hojas se les conoce como nictinastia y constituye el ritmo circadiano (cambios físicos) de las plantas. Esta actividad que tiene la flor, es respuesta a un estímulo luminoso; ellas en la obscuridad y cuando baja la temperatura, experimentan un cierre foliar.
Existen diversas teorías, entre ellas, la de Charles Darwin. Él creía que las flores se cierran durante la noche para reducir el riesgo de helarse. Otra hipótesis señala que, de esa manera al plegarse, conservarán su energía y aroma para el siguiente día, así los insectos polinizadores le serán más activas.
Otra explicación y quizá la más fascínate, es que este comportamiento es un mecanismo de defensa, altamente evolutivo, en contra de los animales que se alimentan de las plantas. Al cerrarse las flores, esto permite que los cazadores nocturnos tengan una visión más clara del suelo y puedan localizar a sus presas herbívoras, un ejemplo: el búho
