Como lo han venido realizando desde años atrás, agentes de la Policía Municipal unieron esfuerzos, pero sobre todo sus corazones y voluntad para llevar un poco de felicidad en estas fiestas decembrinas a niñas, niños y familias de escasos recursos que no cuentan con lo suficiente para recibir un regalo y pasar una Navidad como la mayoría de las personas lo hace.
Estas acciones se han convertido ya en una forma tradicional en que los policías, y en ocasiones bomberos y personal administrativo de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, se solidarizan para reunir despensas, piñatas, juguetes o cenas navideñas que obsequian previamente o el día de la celebración de Navidad.
Gracias a la generosidad e iniciativa de estos uniformados y a las gestiones que realizan con empresarios, dependencias de gobierno y asociaciones civiles, han plasmado sonrisas en pequeños y adultos por igual, algunos de ellos de casas hogar, otros de asilos de ancianos, asentamientos indígenas, o de colonias periféricas donde existen familias que apenas pueden costear sus necesidades básicas.
Además de las labores ordinarias de vigilancia que realizan diariamente al servicio de la comunidad chihuahuense y mediante las cuales suelen detectar las principales necesidades de los vecinos, los elementos preventivos han mostrado su empatía y compasión para con ellos, sobre todo en esta época, en que la mayoría de las personas tiene la oportunidad de obtener un regalo o degustar suculentos banquetes en sus hogares.
Este lado humano y sensible de los policías pocas veces es apreciado, mas no así por las personas que han sido lastimadas por la escasez y que ven en los agentes una pequeña luz de felicidad y esperanza al recibir un obsequio, sello humanista característico también de quienes encabezan la actual administración municipal y la Dirección de Seguridad Pública: el alcalde Marco Bonilla Mendoza y el comisario Julio César Salas, respectivamente.
Lugares como la Casa Hogar “Camino Hacia Adelante”, las “Casas de Refugio”, ubicadas en las colonias Cerro de la Cruz y Ladrilleros, respectivamente, los asentamientos rarámuris que se encuentran en la mancha urbana, el comedor “Pancitas llenas”, el “Hospital Infantil” y el “Centro Careac”, de la colonia Ladrilleros.