Nota, Videos y Fotos por: Silver Juárez Arce

La quema de Judas es una tradición arraigada en la cultura mexicana y que se ha mantenido viva durante siglos, A pesar de que su origen es religioso, ha evolucionado hasta convertirse en una crítica social y política en algunos lugares del país.

En comunidades Tarahumaras como la de la col Campesina en Chihuahua, la quema de Judas se ha convertido en un evento esperado por sus habitantes, quienes trabajan durante semanas en la elaboración de las figuras que serán quemadas el Sábado de Gloria, Los Judas son figuras de papel maché o trapo que en ocasiones representan a personajes antagónicos de la sociedad, principalmente políticos, y en algunas partes de México en su interior se colocan cohetes que explotan al encenderse.

En algunas comunidades, como en «El Oasis Tarahumara», la tradición se ha mantenido viva gracias a personas como Paula Holguín Soto, quien ha llevado a cabo esta costumbre durante 46 años, Para ella, la quema de Judas representa una forma de unir a la comunidad y de recordar sus orígenes.

El Sábado de Gloria, Algunas comunidades se reúne alrededor de la figura del Judas, que es prendida fuego en un espectáculo de luces y sonidos que se ha convertido en una tradición en sí misma, Pero más allá de la espectacularidad del evento, la quema de Judas es una forma de expresar la insatisfacción contra este personaje bíblico y con el sistema político y social en el que viven.

Esto marca el fin de un ciclo y el comienzo de uno nuevo, Esta celebración es muy importante para la comunidad rarámuri ya que representa la llegada de la paz y la esperanza a sus vidas, Uno de los rituales más importantes de la fiesta es la danza de Los Pascoleros, una danza que anuncia el fin del mal y la llegada de la paz.

Dos rarámuri son elegidos para llevar a cabo la tarea de dar muerte a Judas, el símbolo del mal que ha estado presente en la tradición de estas comunidades, la muerte de Judas marca el final del ciclo y el comienzo de uno nuevo lleno de esperanza y paz, todos los miembros de la comunidad, sin importar su origen o edad, observan atentamente mientras el sonido del tambor anuncia el inicio de la guerra del bien contra el mal.

La lucha del bien contra el mal

Para los rarámuri, la fiesta de Semana Santa tiene diversas interpretaciones, algunos aprovechan la oportunidad para reunirse con sus familias después de haberse ido por falta de oportunidades, mientras que otros la ven como el inicio de las cosechas, Lo que todos coinciden es que la fiesta marca el cierre de un ciclo y el inicio de otro lleno de esperanza y paz.

Para alcanzar este nuevo ciclo de paz, los rarámuri dan su ofrenda al onorúame, el Dios que es Padre y Madre, Su ofrenda es su cansancio, su esfuerzo para llevar a cabo todos los rituales y celebraciones que marcan el fin del ciclo y el comienzo del nuevo.

La comunidad rarámuri espera que su ofrenda sea suficiente para atraer la paz y la prosperidad al nuevo ciclo que se avecina, la fiesta en El oasis Tarahumara de la Col. Campesina es un evento importante para la comunidad rarámuri, un momento en el que se unen para celebrar y esperar un futuro mejor.

A pesar de que algunos han criticado la violencia implícita en la quema de Judas, para muchos Tarahumaras es una forma de liberación y de expresión de su descontento, La tradición se ha mantenido viva gracias a la pasión y dedicación de personas como Paula Holguín Soto y a la fuerza de una cultura que sigue resistiendo al paso del tiempo.

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