Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
El paso del Frente Frío número 21 por el estado de Chihuahua provocó una histórica nevada que cubrió la capital con un manto blanco de hasta 10 centímetros de espesor, exponiendo el cruel contraste entre quienes celebran el fenómeno meteorológico y quienes luchan por sobrevivir en condiciones infrahumanas.
Bajo el puente de Interceramic, en la Avenida Pacheco, cerca de las vías del Chepe, la realidad es desoladora: aproximadamente veinte personas sobreviven en improvisados jacales hechos con plásticos rotos, cartones húmedos y lonas desgastadas. Para combatir las temperaturas gélidas, se ven forzados a quemar desde plásticos hasta sus propias chamarras viejas y garras, inhalando humos tóxicos en su desesperación por mantener el calor.
Eduardo Antonio Estrada, originario de Nogales, Sonora, comparte uno de estos precarios refugios junto a Juan, un migrante hondureño. Sus «hogares» consisten en pequeños espacios donde apenas caben sus cuerpos, sin protección adecuada contra el frío, sin servicios básicos y expuestos a las inclemencias del tiempo. Las casas de campaña, deterioradas y rasgadas, apenas les brindan refugio del viento helado.
Mientras en otras partes de la ciudad las familias disfrutan haciendo muñecos de nieve y el presidente municipal realiza entregas de chamarras en la colonia Ladrilleros, estas personas sobreviven con lo mínimo. «Ojalá y venga la gente a ayudar, a regalarnos cobijas», suplica uno de los afectados, evidenciando la urgente necesidad de cobijas, ropa de abrigo, alimentos calientes y leña.
La comunidad, integrada por mexicanos y migrantes centroamericanos, subsiste en esta zona que describen como propiedad privada cercana a las vías del ferrocarril. Si bien han evitado los desalojos, enfrentan diariamente la lucha por la supervivencia, durmiendo sobre el suelo frío, sin acceso a agua potable, servicios sanitarios o una alimentación digna.
Esta nevada ha traído la alegría a muchos chihuahuenses, pero también ha expuesto la cruel realidad de quienes viven en los márgenes de nuestra sociedad. Es un llamado urgente a la acción, tanto de las autoridades como de la sociedad civil, para brindar ayuda y soluciones a largo plazo que permitan una vida digna para estas personas que hoy luchan contra el frío desde la más absoluta precariedad.