Redacción por: Silver Juarez,

Hoy México se despide de uno de sus hijos más comprometidos. Carlos Manzo, incansable servidor público, mentor generoso y voz ética en tiempos de incertidumbre, ha fallecido. Su partida deja un vacío difícil de llenar, pero también una estela luminosa de acciones, convicciones y afectos que seguirán guiando a quienes creen en un país más justo.

Desde sus primeros pasos en el servicio comunitario hasta sus últimos años como referente moral, Carlos fue mucho más que un funcionario: fue un constructor de puentes, un sembrador de esperanza, un defensor de lo público. Su vida fue una lección constante de que el compromiso no se mide en discursos, sino en hechos; que el amor por México se demuestra en cada decisión tomada con honestidad, en cada jornada dedicada al bien común.

Quienes lo conocieron saben que su mirada no se detenía en lo inmediato. Carlos pensaba en generaciones futuras, en territorios olvidados, en causas que otros consideraban perdidas. Y aun así, nunca dejó de creer. Nunca dejó de luchar. Nunca dejó de inspirar.

Hoy le decimos gracias.
Gracias por enseñarnos que servir es resistir.
Que inspirar es transformar.
Que amar a México es también incomodarlo, cuestionarlo y empujarlo hacia su mejor versión.

Descanse en paz, Carlos Manzo.
Su historia no termina con su partida: comienza cada vez que alguien decide seguir su ejemplo.