Fotos tomadas por Silver Juarez

El sueño de todo ser humano es poder darle a su familia una vida digna, y en la lucha por este sueño los migrantes inician su travesía sin imaginar que pasaran por situaciones peores que las que vivían en su lugar de origen.

En estos últimos años, México, junto con la Transformación de 4°, dejo de ser el gran anfitrión de los migrantes y paso a hacer el perro guardián del muro fronterizo con los Estados Unidos de América.

Corre el año 2020, donde el día 31 de marzo se inició una protesta en la estación migratoria de Tenosique Tabasco, los migrantes se encontraban hacinados en el albergue del INM, estas personas exigían les permitieran volver a sus países de origen, pues llevaban varios días de encierro y creían que los hacinamientos los ponía en riesgo ante la mortal epidemia de covid, a la falta de respuesta de las autoridades, los migrantes terminan prendiendo fuego a una colchoneta, en cuestión de segundos ese fuego se comenzó a extender, pero las autoridades migratorias se negaron a abrir las celdas para facilitar la evacuación de hombres, mujeres y niños, por el contrario, los retuvieron en la entrada principal, cerrando las puertas con candado para evitar su huida, una familia relató incluso la manera en que un guardia Nacional los amenazó con golpearlos si intentaban salir, el resultado fue 1 calcinado y 14 migrantes entre intoxicados y lesionados, motivo por el cual, la CNDH dirigió una recomendación al titular del Instituto Nacional de Migración que aún encabeza Francisco Garduño ante las violaciones al trato digno, a la integridad personal, a la protección y a la salud que aquel día habían sufrido diversas víctimas desde el año anterior.



Mediante un informe especial de la CNDH, anunciaba que el 90% de los migrantes, se quejaban por la higiene que las instalaciones migratorias ubicadas en territorio mexicano tenían, entre ellas:

1. Baños sin agua y desbordados de materias fecales,
2. Dormitorios en condiciones deplorables, las colchonetas y las cobijas con excremento
3. Pésima calidad de los alimentos
4. Trato indigno que recibían de las autoridades migratorias: gritos; insultos, burlas, castigos, robos, acosos, solicitud de dinero y hasta extorciones.

Esas fueron algunas de las denuncias realizadas a los dos años posteriores al motín de Tenosique.

La CNDH recibió 4.429 quejas en contra de agentes y funcionarios del Instituto Nacional de Migración, las quejas son; mal trato (inhumano) que los migrantes habían recibido en las estaciones migratorias de México (cárceles ilegales) ahogadas por la sobrepoblación, el hacinamiento, por los golpes, los insultos y los malos tratos.

En la estación migratoria de Tuxtla Gutiérrez Chiapas, conocida como la mosca, en la que en mayo de 2022 se llevó a cabo un percance, en donde se dio el uso excesivo de la fuerza en las labores de contención hacia los migrantes que protestaban en ese momento. Es el caso de que 28 migrantes fueron llevados a los baños por elementos de la guardia nacional y con anuencia de los funcionarios del Instituto Nacional de Migración se les agredió con toletes, bastones eléctricos y barras de hierro.

Hasta esos momentos, la peor tragedia vivida por los migrantes había sido la de San Fernando, esto hace más de una década a manos del crimen organizado.

Sin embargo, el pasado 27 de marzo, 39 personas que se hallaban bajo la protección del Gobierno Federal y que habían sido encerradas bajo llave en el centro de detención de Ciudad Juárez Chihuahua, murieron quemadas, asfixiadas y abandonadas por el personal encargado de su custodia, las condiciones de ese centro son las mismas que las CNDH había descrito en sus informes.

A pesar de los hechos de Tenosique, de las más de 4,000 quejas, del anuncio repetido de que la frontera no iba a aguantar la política migratoria del gobierno mexicano basado no en una visión de Derechos Humanos que observe y atiende el fenómeno migratorio, sino en una política de persecución y contención policiaca, hasta el momento nada ha cambió, los migrantes siguieron siendo tratados como: animales, criminales, como un problema de seguridad nacional, cazados por un Estado y privados de la libertad de una manera ilegal.

En resumen, la tragedia de Ciudad Juárez demuestra que nada cambió, sino que todo empeoró, que quedaron lejos los días en que los migrantes eran recibidos con mariachis y con ofertas de visas de trabajo, que la actual política migratoria tiene y tendrá un costo brutal, que sucesos como los de Juárez pueden repetirse en cualquier momento. El día siguiente de esos hechos, se hizo viral el vídeo que mostraba la manera en que los migrantes retenidos en el centro fueron abandonados por sus Guardianes, este mismo día, el presidente de México, solo dedicó un par de minutos en la mañanera de ese asunto y lo hizo, solo para culpar a los migrantes de su propia muerte, pasando de inmediato a otro tema, en el cual, comienza a reír a carcajearse de manera estrepitosa y completamente fuera del lugar.

En este mismo día, el Secretario de Gobernación, intentó evadir su responsabilidad legal en los hechos, haciendo referencia a un acuerdo interinstitucional que los ponía en manos del Secretario de Relaciones Exteriores, en tanto que el titular del Instituto Nacional de Migración, el cuestionado Francisco Garduño, se recogió sin salir a dar la cara en esos momentos.

Sin duda alguna, ese video y esa risa por el afán de eludirse ante una tragedia humanitaria, en la que el único responsable es el estado mexicano, acompañarán al gobierno de López Obrador hasta el último de sus días, será el símbolo con tinta indeleble de su sexenio.

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